Fondos indexados y ETF: mismo espíritu, diferente fiscalidad y operativa

«Un fondo indexado o un ETF se revalorizará o devaluará lo mismo que haga su índice de referencia«

La gestión pasiva está de moda. Nació en los años 70 en Estados Unidos y ha crecido de forma exponencial en Europa a lo largo de los últimos diez años, aunque, en España, es todavía relativamente desconocida. 

Se prevé que en Europa los fondos de gestión pasiva alcancen la cifra de los 2 billones de euros en apenas cinco años, lo que implicaría un crecimiento del 40% anual de aquí a 2024, de acuerdo con estimaciones de Morningstar.

Los dos instrumentos por excelencia de gestión pasiva son los ETF (Exchange Traded Funds) y los fondos indexados o fondos índice. Son productos similares en su concepción, pero diferentes en su funcionamiento.

Ambos replican o copian un determinado índice o sector para lograr su misma rentabilidad. Esta estrategia defiende que el mercado es eficiente y, por tanto, aspira a lograr el mismo resultado del mercado, en lugar de intentar batirlo, como busca la gestión activa.

En pocas palabras, un fondo indexado o un ETF se revalorizará o devaluará lo mismo que haga su índice de referencia (Ibex35, Dow Jones o S&P500, por ejemplo), con leves variaciones.

Los ETF son, fondos de inversión cotizados cuyas participaciones se negocian y liquidan exactamente igual que las acciones. En esencia, son instrumentos de inversión que aúnan las características de los fondos y las acciones y que se beneficia de la diversificación que ofrecen los primeros y la flexibilidad de operar con las segundas.

Así, los fondos indexados solo pueden comprarse y venderse al cierre de mercado, evitando que el inversor pueda elegir el precio al que transacciona. Mientras que, tal y como ocurre con las acciones, un inversor en ETF puede decidir el momento en el que compra o vende sus títulos.

Fiscalidad

Por último, fiscalmente un ETF se comporta de igual manera que una acción, tributando en el momento de la venta. En función de la plusvalía, la tributación varía: 19% hasta 6.000 euros; 21% entre 6.000 y 50.000 euros; y 23% si la ganancia es superior a 50.000 euros.

Por su parte, los fondos indexados tienen la misma fiscalidad de cualquier fondo de inversión y  difieren el pago de impuestos hasta el momento en el que se rescata la inversión. Entretanto, es posible traspasar el patrimonio de un fondo a otro sin tributar. Sólo en el momento de deshacer la inversión, la fiscalidad es la misma que indicada anteriormente, referida a rentas del ahorro. 


La gestión pasiva está revolucionando el mundo de la inversión y su crecimiento se ha disparado. Vanguard, iShares y State Street, firmas líderes en este estilo de inversión, gestionan entre las tres más de 15 billones de dólares, la mayoría en productos de gestión pasiva.

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