¿hipoteca fija o variable? por qué el euribor te cambia la vida

¿Hipoteca fija o variable? Este el eterno dilema al que uno se enfrenta cuando se dirige a un banco a buscar financiación para comprar una vivienda. Sin embargo, es importante que sepas que no hay un modelo mejor que otro, sino que dependerá de tu tolerancia al riesgo y de tus circunstancias personales.

Si eres poco tolerante al riesgo y estás dispuesto a asumir una cuota mensual más alta pero inalterable por las oscilaciones del mercado financiero, entonces tu fórmula es la hipoteca fija. Si por el contrario buscas una cuota más baja a corto plazo y estás dispuesto a asumir el peligro de que sean más caras a largo, tu modelo es la variable. Pero, ¿qué es lo que determina que esas cuotas de la hipoteca variable sean más caras o más altas? El famoso y temido Euribor.

Cómo funciona el índice

El Euribor es un índice de referencia que se publica diariamente y que determina el tipo de interés promedio al que se prestan dinero entre sí los bancos de la Unión Europea y que se establece en base a las expectativas económicas, la disponibilidad de liquidez y los propios intereses que fije el Banco Central Europeo (BCE) al otorgar el dinero inicial a otros bancos.

Aunque es mucho más complejo, una explicación simplificada de sobre cómo funciona el Euribor podría ser: cuando hay poca circulación de dinero, el Euríbor sube debido a que los bancos perciben riesgo a la hora de prestar dinero. Es lo que sucedió en 2008, cuando alcanzó el máximo histórico de 5,393%, con la consiguiente subida de las mensualidades de las hipotecas variables contratadas.

Cómo afecta a mi revisión hipotecaria

Lo primero que debemos saber es que los préstamos hipotecarios a tipo variable se fijan sumando dos componentes: el índice de referencia, siendo el Euribor el más utlizado; y el diferencial, la parte fija que se suma al índice de referencia.

La revisión de la hipoteca variable consiste en actualizar el valor del índice al que está referenciado el préstamo, y lo lleva a cabo la entidad bancaria en el mes que toque la revisión. Así, cada año hasta que la hipoteca haya sido totalmente amortizada, tu banco calculará la cuantía de la cuota mensual con base al último Euribor publicado por el Banco de España en el BOE.

Estas revisiones, dependiendo de lo estipulado, tienen carácter anual o semestral y comienza a contar desde el día de la firma de la hipoteca a tipo variable. De esta forma, el cliente siempre sabe cuándo su cuota va a ser actualizada, ya sea al alza o a la baja en función de la subida o la bajada del Euribor. A la hora de elegir la periodicidad de la revisión, es recomendable que sea semestral cuando el índice tiende a la baja y anual cuando tiende al alza, ya que tardaremos más en notar el encarecimiento de la mensualidad.

Para calcular lo que se te aproxima en tu nueva cuota, debes tener en cuenta cuatro factores:

  • El nuevo Euribor,
  • El diferencial pactado,
  • La cantidad que te queda por devolver y,
  • Los años que faltan para finalizar el préstamo.

Como comentábamos al principio del post, esto no sucede en las hipotecas fijas, en las que siempre se sabe cuál es la cantidad a pagar cada mes.

Actualmente, y aunque se mantiene en terreno negativo desde febrero de 2016, el Euribor ha subido en noviembre desde el -0,034% hasta el -0,272%. Con este último dato, el índice acumula tres meses consecutivos de ascensos tras el mínimo histórico que se registró en agosto del -0,356%.

En resumen, si el BCE baja los intereses, también bajará el Euríbor y, por tanto, tu hipoteca. Si el precio del dinero baja, será más barato pedir un préstamo, las familias tendrán mayor poder adquisitivo, el consumo aumentará, las empresas tendrán más ingresos y, en cómputo, habrá mayor crecimiento económico. Como vemos, todo es un círculo.


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