Los fondos de inversión son el mejor producto financiero para invertir a largo plazo porque permiten, desde una pequeña cantidad de dinero, diversificar el riesgo y acceder a cualquier activo y mercado del mundo, con gestión profesional y una fiscalidad eficiente. Generan la mejor rentabilidad ajustada al nivel de riesgo con liquidez diaria. Es decir, puede recuperar su dinero en cualquier momento.
En un momento en el que el debate sobre la sostenibilidad del sistema de pensiones está sobre la mesa, es necesario que los ciudadanos pensemos en completar la pensión pública con ingresos adicionales. Ahí radica la la importancia de invertir pensando en el largo plazo.
Principales ventajas de los fondos de inversión
- Diversificación: invierten en múltiples activos (acciones o bonos, principalmente), por lo que la evolución negativa de un valor puede compensarse con el buen comportamiento de otro. Si, por ejemplo, quebrase una compañía, el fondo se vería afectado mínimamente. Por ley, los fondos tienen límites de concentración en sus inversiones para, precisamente, controlar los riesgos.
- Liquidez: los inversores pueden comprar y vender participaciones en los fondos cada día, recibiendo su capital en un máximo de 72 horas.
- Fiscalidad: se puede traspasar el dinero de un fondo a otro sin tributar. Sólo cuando retires el dinero tendrán que pagar a Hacienda el 19% de los beneficios hasta 6.000 euros. Si el rendimiento excede esa cifra, hasta 50.000 euros, el pago de impuestos sube hasta el 21%. Si la ganancia es mayor, abonará el 23% en impuestos.
- Gestión profesional: cada día, expertos en mercados vigilan la evolución de las inversiones en función de los acontecimientos macroeconómicos y las noticias empresarias y lo ajustan al riesgo para maximizar la rentabilidad.
- Nivel de riesgo: hay fondos para todos los gustos. El inversor puede elegir entre miles de productos, en función de su aversión al riesgo y su horizonte temporal. Hay estrategias conservadoras, que reducen la posibilidad de pérdidas, frente a otras más arriesgadas, que pueden llevar a mayores ganancias asumiendo más riesgos.
- Seguridad: los inversores son los propietarios de cada participación y puede venderlas cuando quieran. Los valores en los que invierten los fondos no forman parte del balance de los bancos, sino que están custodiados por entidades depositarias y, en caso de insolvencia de estas firmas o de las propias gestoras –improbable, pero un riesgo al fin y al cabo-, el fondo no se disuelve, sino que se sustituye a la entidad y el partícipe mantiene su misma inversión.
Debes recordar que los fondos son vehículos pensados para invertir a medio o largo plazo con el objetivo de sortear los vaivenes del mercado evitando los números rojos.