¿Puedes perder dinero por el redondeo de los decimales de las participaciones asignadas por la gestora en la compra de un fondo?
Si hablamos de la suscripción de un fondo, la respuesta en términos generales es no. Y, excepcionalmente, céntimos de euro, en el peor de los casos.
En la operativa de compra de fondos normalmente no se aplica ningún redondeo. En las suscripciones no se producen estas mínimas perdidas porque a la hora de liquidar la operación, casi ninguna gestora solicita el importe de la orden de suscripción, sino el importe exacto que supone valorar las participaciones asignadas a la orden al valor liquidativo aplicado.
La mayoría de las gestoras calcula las participaciones del fondo de destino con cinco decimales. Por tanto, el cálculo es tan preciso que el importe que hipotéticamente pudiese perder el cliente no es apreciable.
Sin embargo, se pueden producir desajustes en las suscripciones por traspaso, si el fondo de destino permite pocos decimales en las participaciones y el valor liquidativo es relativamente elevado. No es muy común pero hay casos donde es inevitable que se den estas pequeñas diferencias entre el importe reembolsado por traspaso del fondo origen y el que se suscribe en el fondo destino.
En esos casos, aunque se envía la orden de suscripción por traspaso por todo el importe reembolsado, el redondeo puede suponer que la gestora no pueda suscribir ese importe en su integridad. La gestora americana Vanguard, por ejemplo, utiliza dos decimales -frente a los cinco de la mayoría de firmas- y, por tanto, el redondo puede distorsionar el valor de compra.
Ese importe que se queda sin suscribir no se puede abonar a priori en la cuenta del cliente para evitar el impacto fiscal. Una de las condiciones para poder tramitar los traspasos de los fondos sin tributar es precisamente que el importe nunca pase por la cuenta del cliente.