La gestión pasiva tiene cada vez más seguidores en el mundo de la inversión. Y es que imitar el comportamiento del índice, indudablemente tiene sus ventajas. Los costes son más reducidos que en la gestión activa y además se evita el riesgo de hacerlo peor que el mercado (recordemos que batir al índice no es nada fácil).
Para ello, los ETF y fondos indexados tienen dos grandes estrategias: la réplica física y la sintética. ¿Qué pros y contras presenta cada una? Te lo contamos en este post.