Las personas que contratan una hipoteca a tipo variable tienen un índice que les tiene en vilo todos los meses: el euríbor. De él depende que los pagos que deben realizar al banco sean más o menos elevados. Ahora bien, ¿qué hace que el euríbor suba o baje? ¿Y cómo afecta eso a su bolsillo? Te lo explicamos.
Antes de nada, definamos que es exactamente el euríbor. Este indicador comenzó a publicarse el 30 de diciembre de 1998, poco antes de la puesta en marcha del euro, y refleja el tipo de interés medio al que la mayoría de los bancos europeos se presta dinero entre sí. De hecho, euríbor es el acrónimo de Euro Interbank Offered Rate (tipo europeo de oferta interbancaria).
¿Y por qué un banco habría de pedirle dinero prestado a otro? Pues para prestárselo a su vez a un particular o a una empresa, a un tipo de interés mayor. Es, en definitiva, lo que a un banco le cuesta obtener el dinero que te presta a ti posteriormente.
No obstante, ten en cuenta que esta no es la única vía por la que los bancos obtienen liquidez. También captan pasivo a través de los depósitos y cuentas corrientes de sus clientes. Y pueden conseguir dinero a través de otras fuentes: titulizaciones de deuda, emisiones de bonos, capital aportado por los accionistas, etcétera.
Por qué se usa para las hipotecas
Cuando una entidad financiera concede un préstamo, lo lógico es que obtenga un beneficio. Y a la hora de calcular ese beneficio debe tener en consideración el coste que le supone la obtención del dinero que te presta. Todo lo que te cobre por encima de ese coste serán ingresos para el banco.
Por eso, las hipotecas a tipo variable, y otras modalidades de crédito, suelen estar referenciadas al euríbor. Concretamente al euríbor a 12 meses (existe también el Euribor a una semana, y a uno, tres y seis meses). De ahí que los pagos se revisen anualmente.
Además del euríbor a 12 meses, el préstamo incorpora otro componente: el diferencial. De este modo, el euríbor refleja el coste en el que incurre el banco para conseguir el dinero que te presta. Y el diferencial recoge los beneficios que se lleva por la operación.
¿De qué depende a su vez que el diferencial sea mayor o menor? En general, está muy relacionado con el riesgo de impago que el banco detecta en la operación. Cuanto mayor es el riesgo, más rentabilidad exige a cambio… y mayor es el diferencial. En este aspecto también influye el valor del colateral que actúa como garantía de la inversión (en este caso, la vivienda), así como la política comercial del propio banco, que puede ajustar a la baja este diferencial para ganar competitividad frente a la competencia.
En cuanto a las hipotecas a tipo fijo, sustituyen el euríbor por un porcentaje predeterminado (no variable), por lo que no se revisa anualmente. Para establecer qué tipo de interés fijo pueden ofrecerte, los bancos se basan en estimaciones sobre cómo va a fluctuar el euríbor en los años posteriores, así como en el precio de los productos derivados con los que pueden cubrir ese riesgo.
Cómo se calcula el euríbor
Y llegamos a la cuestión clave: ¿por qué el euríbor sube o baja? Antes explicábamos que este indicador se basa en el tipo medio al que se prestaban los bancos europeos entre sí. Pero ¿en qué se basan los bancos para establecerlo? El componente principal que determina el euríbor son los tipos oficiales del Banco Central Europeo. De ahí que ambas variables suelan ir de la mano. Por eso las subidas de tipos suelen llevar aparejadas subidas en el euríbor; y viceversa: las bajadas de tipos suelen conllevar bajadas en el euríbor.
Lo normal es que el euríbor sea superior al tipo de interés oficial. Sin embargo, no siempre es así. Y es que el mercado interbancario no sólo tiene en cuenta el tipo de interés oficial: también las expectativas sobre el mismo. Y si esas expectativas anticipan subidas o bajadas muy fuertes, esto puede incidir en el indicador.
Por ejemplo, durante el año pasado, el euríbor ha llegado a rondar el 2,5% cuando el tipo de interés oficial estaba en el 3,25%. Y esto era así porque los bancos anticipaban que el BCE iba a realizar recortes de tipos muy importantes en los meses posteriores. Por eso, tendían a prestarse el dinero más barato: daban por hecho que en muy poco tiempo el Banco Central abarataría el precio del dinero también.
Por otro lado, y más allá de los tipos del BCE y de las expectativas sobre los mismos, las entidades financieras tienen en cuenta otras variables a la hora de prestarse el dinero entre sí (lo que se refleja en el euríbor). Entre ellas, el contexto económico, el nivel de solvencia de los demás bancos y la inflación.