Muchos ahorradores sueñan con conseguir unas rentas periódicas que les ayuden a redondear sus ingresos todos los meses.
Una forma de entender el ahorro que gusta particularmente en España, donde el 44% de los inversores se muestra interesado en percibir rentas periódicas, frente a la media europea del 29%, según datos del Barómetro europeo de la inversión en rentas de JP Morgan Asset Management de 2018.
¿Cuáles son las principales vías para conseguir que tus ahorros den fruto periódicamente? Te las explicamos:
Cuentas y depósitos
Una manera de obtener un rendimiento fijo por tus inversiones es recurrir a un depósito o una cuenta remunerada. El problema es que la rentabilidad que ofrecen estos productos suele ir en consonancia con los tipos de interés, que actualmente están en el 0%. Si te decides por esta vía, no dejes de mirar la TAE (Tasa Anual Equivalente) del producto. De ese modo podrás saber cuál es su retorno en términos anualizados y compararlo con el de otros productos. También es importante que valores si la entidad requiere algún grado de vinculación, como la domiciliación de la nómina o el gasto con tarjeta.
Renta fija
Otra opción es invertir en títulos de renta fija. De nuevo, los inversores conservadores lo tienen complicado para obtener rendimientos atractivos, dado el actual contexto de tipos de interés. Para que te hagas una idea, en octubre de 2020 las obligaciones de deuda pública española a diez años están dando un 0,23% anual y a quince años, apenas un 0,64%.
Una posibilidad es invertir en títulos de deuda con algo más de riesgo y, por tanto, con más rentabilidad. Para ello habría que recurrir a la deuda corporativa o bien a la deuda pública de países con un rating inferior al de España. Sin embargo, los mínimos de inversión suelen ser elevados (y por tanto, poco asequibles para el inversor particular) y el riesgo de impago, lógicamente, aumenta.
Acciones con dividendos
La inversión en acciones de compañías que reparten dividendos con regularidad es otra de las vías para obtener rentas periódicas. En este caso, es importante que tengas en cuenta que, al margen de la rentabilidad por dividendo, tu inversión se verá afectada por cómo evolucione la cotización de la compañía en bolsa. Dicho de otro modo, de poco sirve que la compañía pague un 5% anual vía dividendos si, al cabo de tres años, su valor en bolsa ha caído un 20%.
Por tanto, a la hora de seleccionar compañías con el ánimo de cobrar los dividendos, es importante que valores su grado de generosidad con el accionista, pero también las perspectivas que tenga la cotización de esa compañía en bolsa. Además, debes considerar otro factor adicional: la sostenibilidad del dividendo. Recuerda que en cualquier momento las compañías pueden cancelar el dividendo que pagan o al menos reducirlo, por lo que resulta interesante analizar aquellas cuyo nivel de solvencia y fortaleza financiera indican un buen pronóstico de cara al pago de dividendos futuros.
Otro factor a considerar es la forma de pago. Algunas compañías pagan el dividendo en efectivo y otras dan la opción de cobrarlo en acciones (scrip dividend).
Fondos de reparto
Una manera de obtener rentas periódicas es a través de fondos de inversión. Tu dinero estará gestionado por profesionales y, en función del producto elegido, invertirás en acciones, renta fija o una combinación de ambos.
En este sentido, existen dos tipos de fondos: los de acumulación y los de reparto. Una cuestión que, por cierto, es clave a la hora de saber con qué índice debes compararlos.
La mayoría de los fondos de inversión son de acumulación, por lo que los rendimientos que generan los activos en los que invierten (los dividendos de las acciones o los cupones de la renta fija) se reinvierten en el propio fondo. Esta es la opción más eficiente desde el punto de vista fiscal, ya que el inversor final no tiene que tributar por estos rendimientos.
Por otro lado, existe una segunda categoría, la de los fondos de distribución o reparto. En este caso, el partícipe del fondo recibe los dividendos o los cupones de la renta fija que han generado los activos en los que invierte su fondo. No obstante, en este caso sí tendrá que tributar por ellos.
Existen varias categorías de fondos que reparten rentas a sus partícipes, desde fondos de renta variable y renta fija, a inmobiliarios, mixtos y productos multiestrategia. Es importante que te fijes no solo en los intereses que puedes cobrar, sino en la propia filosofía de inversión del fondo, de modo que encaje con tu perfil como ahorrador y tu nivel de tolerancia al riesgo.