Crowdfunding inmobiliario, la democratización de la inversión en ladrillo

Invertir en activos alternativos, como los inmobiliarios, te ayuda a diversificar el riesgo de tu cartera. Y una de las vías para hacerlo es el crowdfunding inmobiliario, una herramienta de inversión cada vez en más en boga en nuestro país. Pero ¿cómo funciona? Y ¿qué ventajas te ofrece? Te ofrecemos todas las claves.

Definición

El término crowdfunding, que en inglés significa financiación colectiva, hace referencia a una herramienta con la que multitud de inversores hacen causa común para financiar un proyecto. Para ello recurren a una plataforma profesional, que es la encargada de localizar las oportunidades de inversión y ponerlas a disposición de los clientes.

Este modelo de inversión ha ganado cada vez más peso en las últimas décadas y contempla diferentes modalidades, desde la inversión en el capital de una start up (equity crowdfunding) a la financiación de una empresa a través de un préstamo colectivo (crowdlending). Incluso hay tipologías de crowdfunding en las que el inversor puede financiar un proyecto empresarial a cambio de una recompensa (por ejemplo, una primera tirada del producto que fabrique la empresa) o directamente, a fondo perdido.

Una de las modalidades de crowdfunding es el inmobiliario. En este caso, los inversores ponen dinero para financiar entre todos la compra de una propiedad o incluso una promoción inmobiliaria. De este modo, se beneficiarán tanto de los alquileres como de la eventual venta del inmueble.

¿Por qué se considera que es democratizar la inversión inmobiliaria? Porque permite invertir en este sector de forma directa y al mismo tiempo diversificada, desde un mínimo de inversión asequible. En otras palabras, un inversor particular puede permitirse, en el mejor de los casos, comprar un inmueble para su posterior alquiler y venta. Lo ideal sería poder comprar varios para no poner todos los huevos en la misma cesta, pero esta posibilidad sólo está al alcance de los inversores profesionales y las grandes fortunas.

Sin embargo, gracias al crowdfunding inmobiliario puedes invertir en varios proyectos a la vez (o al menos adquirir un trocito de cada uno) a partir de un presupuesto razonable. Por ejemplo, muchos están disponibles a partir de 500 euros, por lo que con un presupuesto de 5.000 se podría construir una cartera integrada por 10 proyectos distintos.

Cómo funciona

La inversión en crowdfunding inmobiliario se canaliza siempre a través de una plataforma, regulada por la Ley de Fomento de la Financiación Empresarial y registrada en la CNMV, que es la encargada de localizar los proyectos y también de realizar todas las gestiones: desde la compra, hasta la reforma, el alquiler y la venta. Por tanto, resulta clave ir de la mano de profesionales que tengan una experiencia acreditada en ese sentido y que cuente con un equipo especializado.

Los analistas de la plataforma hacen una preselección de las mejores oportunidades, en las que detallan diversos factores como la ubicación del inmueble o promoción inmobiliaria, el tamaño, la antigüedad, las reformas requeridas, etcétera.

Cada proyecto lleva aparejado un plazo estimado para la inversión, que puede ser ampliable, y un objetivo de rentabilidad. También el mínimo de inversión requerido.

El cliente decide qué proyecto le interesa y cuánto capital quiere invertir (ticket de inversión). Puede invertir en un solo inmueble o en varios a la vez, y éstos pueden estar destinados al alquiler y/o a la venta.

Una vez el proyecto está en marcha y generando rentas por alquileres, el cliente recibe la parte proporcional a la inversión realizada. Finalmente, cuando los gestores consideren que ha llegado el momento óptimo para la venta, el inmueble sale al mercado y el inversor recibe las plusvalías correspondientes.

Como botón de muestra, entre los proyectos que forman parte del escaparate de la plataforma Urbanitae figura una promoción en Tenerife con una rentabilidad total estimada del 30%.

¿A qué riesgos se enfrenta el inversor? Como en cualquier otra inversión, el crowdfunding inmobiliario no está exento de riesgos. Sobre todo, los asociados a las fluctuaciones en el precio de la vivienda. También debes tener en cuenta que se trata de una inversión poco líquida. Podrás recuperar tu dinero cuando se venda el inmueble, algo que puede llevar entre 12 y 36 meses.

Tipos de inversores

Para limitar el riesgo, la ley establece que los inversores particulares (no profesionales) pueden invertir, como máximo, 3.000 euros por proyecto. Además, no pueden superar los 10.000 euros anuales invertidos en distintos proyectos de crowdfunding.

En cambio los inversores acreditados, no tendrán un límite para invertir. Una persona puede ser considerara como inversor acreditado siempre que solicite ser considerada como tal y tenga unos ingresos mínimos anuales de 50.000 euros o un patrimonio de al menos 100.000 euros.

También entran en esta categoría las personas categorizadas por la Ley del Mercado de Valores como clientes profesionales así como aquellas que contraten un servicio de asesoramiento financiero por parte de una empresa de servicios de inversión autorizada.

Comparte este artículo

¿Te lo hemos explicado bien?

Si te ha quedado alguna duda sobre este tema (o cualquier otro), escríbenos al consultorio hellomyinvestor@myinvestor.es