El interés compuesto es un concepto básico, que forma parte de la cultura financiera más elemental y, sin embargo, es un misterio para muchos españoles. El propio Banco de España y la CNMV lamentaron esta realidad en una encuesta sobre Competencias Financieras realizada entre una muestra representativa de adultos de entre 18 y 79 años. La conclusión fue que más de la mitad de los españoles desconocía este concepto. Incluso entre los universitarios, sólo el 53% conocía el término.
¿Qué es el misterioso, a la par que maravilloso, interés compuesto? Sencillamente el resultado de ir sumando al capital inicial invertido los intereses que se van acumulando. Por tanto, tiene un efecto multiplicador del dinero.
Multiplica tu dinero sin enterarte
Si inviertes 1.000 euros y ganas un 3% anual, trascurridos 12 meses, el capital será de 1.030 euros. Un año después, el interés del 3% se calcularía sobre 1.030 euros -no sobre los 1.000 euros iniciales- y así sucesivamente. Pasados 10 años, esos 1.000 euros se habrían convertido en 1.343 euros; y en 20 años, en 1.806 euros. ¡Tu dinero habrá crecido un 80%!Imagina que, además, cada mes decides hacer aportaciones de 100 euros. Sin apenas esfuerzo, en 10 años habrías destinado 13.000 euros que, con una rentabilidad del 3% anual y gracias a la magia del interés compuesto, habrían aumentado hasta 15.100 euros.
El mismo ejercicio, durante 20 años, supone destinar 25.000 euros que, por el efecto multiplicador del interés compuesto, se habrían incrementado hasta 34.050 euros, lo que supone un aumento del 36%.