La inversión socialmente responsable (ISR)

La inversión socialmente responsable (ISR) integra factores medioambientales, sociales y de buen gobierno para generar rendimientos financieros competitivos a largo plazo e impacto social positivo. De nicho a tendencia en auge, el volumen de solicitud de información sobre esta temática por parte de los inversores es cada vez mayor.

Los argumentos que respaldan la inversión ISR son contundentes pues no supone renunciar a rentabilidad, el impacto en la sociedad es positivo y es un estilo que demandan las nuevas generaciones. ¿Pero qué pasa cuando un inversor se intenta poner manos a la obra y trata de componer una cartera solo con fondos que siguen criterios ISR?

En el contexto actual, tal y como están configuradas las carteras de los inversores Españoles, es difícil replicarlas íntegramente con productos ISG sin combinar activos de renta variable y renta fija. La fórmula viene dada a través de vehículos invierten con un enfoque global en bolsa, deuda, liquidez, otros fondos y ETF aplicando la estrategia best in class, que selecciona compañías líderes en su sector, o que pretenden serlo, en materia de prácticas sostenibles o buen gobierno corporativo; y, por otro lado, la estrategia de inversión de impacto que busca inversiones en compañías que a través de su actividad generen directamente un impacto medioambiental o socialmente positivo.

Y es que no cabe duda que caminamos hacía un mundo en el que el concepto ISG será un componente primario que, además, ofrece al inversor colaborar en el desarrollo de una economía sostenible.

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