Son pocos los que llegan a un buffet libre y se llenan el plato con un solo tipo de comida. Lo habitual es que pruebes diversas opciones, por aquello de tener una alimentación variada y, de paso, diversificar el riesgo si algún plato no te gusta. Sin embargo, a la hora de invertir muchos dejan de lado estos criterios tan saludables y lo apuestan todo a una sola carta. ¿Tiene sentido invertir tus ahorros en un solo fondo de inversión? Analizamos esta cuestión.
La importancia del asset allocation
El prolongado entorno de tipos cero y la buena racha bursátil de los últimos años han provocado que muchos inversores se sientan desencantados con la renta fija y piensen que el único activo realmente interesante es la renta variable. ¿Tienen razón? Lo cierto es que si bien la bolsa tiende a ser el activo más rentable en el largo plazo, no hay que minusvalorar la importancia de realizar un buen asset allocation (distribución de activos) en nuestras carteras.
Y es que nuestras metas financieras se pueden ubicar en plazos de inversión muy distintos. Y dentro de estos plazos el comportamiento de cada tipo de activo (incluyendo la bolsa) puede ser muy diferente. De ahí que una buena diversificación sea clave para gestionar el riesgo de forma eficiente e incluso obtener el máximo de rentabilidad. Este mix de activos puede llegar a ser incluso más importante que el fondo o producto financiero que escojamos. De hecho, según un famoso estudio realizado por Gary Brinson, Randolph Hood y Gilbert Beebower sobre planes de pensiones, el 90% del rendimiento de una cartera responde al asset allocation, y menos de un 10% es atribuible a las circunstancias del mercado o a la selección de activos.
Una correcta diversificación pasa por incluir fondos de activos no correlacionados, como la renta variable y la renta fija. Pero también productos vinculados a distintos mercados geográficos o con distintos enfoques de inversión, como value/growth, small/large cap, etcétera.
Esto no quiere decir que no puedas poner más carne en el asador (es decir: aumentar tu exposición a la renta variable) si tu perfil de tolerancia al riesgo es más agresivo o si tu meta financiera es a muy largo plazo. Pero si lo haces, es aconsejable que, a medida que te vayas aproximando al momento en el que quieras recuperar tu inversión, vayas reduciendo el nivel de riesgo.
Diversificación y volatilidad
Diversificar es clave, pero en realidad el mero hecho de aumentar el número de fondos, incluso dentro de una misma categoría de inversión, también contribuye a reducir la volatilidad y por tanto el riesgo asumido por el cliente. O al menos a esa conclusión han llegado diversos estudios sobre esta materia.
Uno de los más populares es el realizado por Edward S. O’Neal, titulado ‘How Many Mutual Funds Constitute a Diversified Mutual Fund Portfolio?’. En este estudio, O’Neal analiza la evolución de distintas carteras de fondos growth, cada una integrada por un número diferente de productos. Y concluye que si bien el beneficio en términos de rentabilidad es marginal, los resultados obtenidos son mucho más estables en las carteras multiproducto. De hecho, en aquellas que tienen al menos cuatro fondos la dispersión de resultados se recorta a la mitad, reduciéndose también los riesgos bajistas.
A una conclusión similar llegaban también los profesores Sirapat Polwitoon y Oranee Tawatnuntachai en el estudio ‘In Search of Optimal Number of Bond Funds’ sobre fondos de renta fija. En su caso, señalaban que las carteras integradas por 3 a 5 fondos de bonos reducían la desviación estándar de las rentabilidades obtenidas hasta el 50%. No obstante, el número óptimo (en términos de diversificación) descendía en las carteras mixtas, especialmente en aquellas con un alto porcentaje de renta variable. En esos casos, bastaba con incluir uno o dos fondos de renta fija.
Puede que te preguntes por qué siendo productos de la misma categoría puede salir a cuenta incluir más de uno. La clave radica en el riesgo gestor. Piensa que aunque dos fondos tengan la misma política de inversión y se centren en el mismo mercado, cada uno cuenta con un equipo de gestión distinto. Por tanto, si inviertes en más de un producto estarás menos expuesto en caso de que alguno de los gestores se equivoque. Especialmente si se tiene en cuenta que, como todos sabemos, batir al índice no es nada fácil.
El número perfecto
Contar con un asset allocation diversificado y aumentar el número de fondos parece ser lo más eficiente, pero ¿cuál es el número idóneo? Los expertos aseguran que no existe la cifra ideal, aunque la mayoría la sitúa entre los 8 y 10 productos.
No obstante, si lo que realmente quieres es optimizar al máximo la gestión del riesgo, no debes fijarte sólo en el número de fondos. También es importante que analices qué productos estás seleccionando, ya que unos te aportarán mayor diversificación que otros.
Por ejemplo, de poco sirve introducir en tu cartera varios fondos de bolsa si todos ellos tienen una composición similar e invierten en las mismas compañías. Algo que puede suceder cuando el tracking error de los fondos es reducido (es decir, cuando se desvían muy poco de la composición del índice). Por tanto, de cara a una correcta diversificación, lo importante no es tanto el número de fondos como que cada uno de ellos invierta en valores distintos.
Otro aspecto a considerar son las comisiones. Si dos fondos tienen posiciones similares y no te aportan una ventaja real en términos de diversificación, lo más lógico es que optes por el que tenga comisiones más reducidas.