La bolsa puede ser una de las vías de inversión más rentables, sobre todo con vistas al largo plazo. Sin embargo, no hay que perder de vista cuáles son las comisiones y gastos que puede llevar aparejada.
Antes de analizarlas, te hacemos un apunte: para comprar acciones es imprescindible acudir a un bróker, que es la entidad que actúa como intermediaria y se encarga de tramitar la operación. Este bróker tiene libertad para establecer unas comisiones u otras… o incluso para eliminar algunas.
Esto es muy importante, ya que hay brókeres que prescinden de la mayoría de las comisiones que te detallaremos más adelante. Por tanto, antes de invertir es recomendable que compares las condiciones que te ofrece cada entidad.
Las comisiones y gastos deben estar recogidos en el folleto de tarifas. Normalmente, suelen incluir las tarifas máximas (para no pillarse los dedos), pero pueden aplicar importes inferiores.
En ese caso, lo que cuenta es la oferta comercial que publiciten. En otras palabras, si te ofrecen una comisión más baja de la que indican en su propio folleto, están obligados a respetarla.
Costes que dependen del bróker
La compraventa de valores es la tarifa que aplica cada vez que compras o vendes acciones. Se suele calcular como un porcentaje sobre el valor nominal de la operación. Por ejemplo, si compras acciones por valor de 1.000 euros y la comisión de compraventa es del 0,3%, pagarás 3 euros. Y si cuando vendas las acciones, su valor asciende a 1.500 euros, pagarás 4,5 euros.
Cada entidad establece una comisión distinta. Algunas de ellas fijan un importe mínimo por operación.
También hay entidades que aplican una tarifa plana. E incluso cabe la posibilidad de que ofrezcan, de forma promocional, una tarifa cero. En esos casos, lo habitual es que rentabilicen la operación a través del préstamo de valores.
- Comisión de custodia. Es la que cobra por tener las acciones depositadas. Es mucho más baja que la de compraventa, a menudo inferior a los 10 euros anuales.
- Comisión de mantenimiento. Muy similar a la anterior, sólo que esta comisión se aplica por el mero hecho de tener la cuenta abierta. Por tanto, se cobra igualmente, tanto si has invertido como si no.
- Comisión de cambio de divisa. Si compras acciones que cotizan en una moneda distinta al euro, tendrás que abonar una comisión de cambio de divisa. Puede oscilar entre el 0,1% y el 1%.
- Comisión por cobro de dividendos. Se aplica cada vez que el cliente cobra el dividendo de una compañía. Suele ser una cuantía reducida.
- Comisiones por operaciones corporativas: Se aplica cada vez que la cotizada en la que inviertes realice operaciones como una ampliación de capital, un split/contrasplit o una opa. El importe suele ser bajo, similar al de cobro de dividendo.
- Comisión por traspaso: Llevarte tu cartera de acciones de un bróker a otro puede implicar el pago de una comisión extra. Normalmente se trata de un importe fijo. De este modo, algunas entidades buscan penalizar que traslades tus acciones a la competencia.
Otros costes
El canon de bolsa es la comisión que cobra el mercado bursátil en el que operas, sea nacional o internacional. Esta comisión es independiente del bróker ya que depende de la bolsa en sí. Por tanto, todos los inversores deben pagarla.
Cada operador bursátil aplica un canon distinto. Algunos aplican un porcentaje sobre el importe de la compraventa. Otros establecen una tarifa fija (o varias, en función del tramo de efectivo negociado).
Entre los mercados bursátiles más conocidos figuran Bolsas y Mercados Españoles (BME), en España; NYSE Euronext y London Stock Exchange, en Europa; y Nasdaq, en Estados Unidos.
El canon de liquidación tampoco depende del bróker, así que se traslada directamente al cliente final. Va destinado a la plataforma Iberclear, que es la encargada de la llevanza del registro contable de valores negociables, así como la liquidación de los mismos.