Quedan tan sólo dos semanas para que termine el año. Sin embargo, aún puedes realizar los últimos retoques en tu cartera de inversión para optimizar tu estrategia antes de que acabe 2020. Te ofrecemos algunas de las pistas que deberías tener en cuenta:
Invertir en planes de pensiones
Si quieres aligerar tu próxima declaración de la renta, es decir, la que harás con cargo a 2020, todavía estás a tiempo. Si inviertes en un plan de pensiones de aquí a final del año, podrás deducirte hasta 8.000 euros de tu IRPF (siempre que esta cantidad no supere el 30% de los rendimientos netos del trabajo y/o actividades económicas). Además, se trata del último tren que podrás coger para disfrutar de esa ventaja fiscal, ya que a partir del 1 de enero de 2021 ese límite se reduce hasta los 2.000 euros, según la reciente Ley de Presupuestos Generales del Estado.Aportar a un plan de pensiones tiene diversas ventajas. Además, si tus ingresos te sitúan en un tipo marginal por un margen muy escaso, es posible que el importe deducido te permita cotizar a un tipo marginal inferior, con la consiguiente ventaja fiscal.
Aflorar plusvalías o minusvalías
Dentro de tu planificación fiscal, analiza la posibilidad de aflorar algunas pérdidas o ganancias. Por ejemplo, si llevas plusvalías acumuladas en el año por las que tendrás que pagar impuestos en tu próxima declaración de la renta (por ejemplo, unas acciones que vendiste después de que se revalorizaran), puede ser interesante que te plantees vender otras en las que acumules pérdidas por el mismo importe. De ese modo, podrías compensar unas con otras y ahorrarte pagar impuestos por las primeras. No obstante, plusvalías y minusvalías se pueden “guardar” hasta un periodo de cuatro años, con lo que tienes cierto margen de actuación.Esta estrategia es muy eficiente desde el punto de vista fiscal, pero nunca puede ser la única razón para comprar o vender un activo. También debes valorar hasta qué punto te interesa conservarlo en cartera, teniendo en cuenta las perspectivas que tienes sobre él, los costes de compraventa, etcétera.
Por otro lado, debes distinguir entre las ganancias y pérdidas patrimoniales (relativas a fondos o acciones) y las rentas del capital mobiliario (dividendos, intereses). Y también que la ley tiene previstas algunas salvedades para evitar que los inversores afloren minusvalías sólo para aligerar la factura fiscal, vendiendo un activo y volviendo a comprarlo otra vez (regla de los dos meses).
Cuidado con el rally
Los mercados bursátiles pueden experimentar un repunte en la recta final del año. Esto se debe a que algunos gestores, especialmente los que han obtenidos unas rentabilidades más ajustadas durante el ejercicio, echan toda la carne en el asador los últimos días de diciembre, intentando recuperar terreno y salir bien en la foto de cierre del año. Esto hace que en algunas ocasiones se produzca un rally alcista en la bolsa, lo que invita a algunos inversores a intentar aprovecharlo. Pero ojo: no es oro todo lo que reluce. Este rally no siempre tiene lugar y además el comportamiento puede ser muy desigual entre unas compañías y otras. Por otro lado, la volatilidad (los altibajos que experimentan los precios) puede ser más acusada, especialmente los días que haya menos volumen de contratación, como el 24 y el 31 por la mañana (el 25 de diciembre y el 1 de enero las bolsas permanecen cerradas).
Planifica el próximo año
Desde un punto de vista psicológico, cerrar un año y comenzar otro es una buena oportunidad para replantearte tus metas vitales y las financieras no son una excepción. Aprovecha para reflexionar sobre cuáles son tus objetivos económicos de cara al medio y largo plazo: planificar tu jubilación, pagar un master a tus hijos, comprar una casa… y analiza si estás dando los pasos necesarios para conseguirlos. Quizá 2021 sea un buen momento para comenzar a perseguir tus objetivos. En ese sentido, recuerda que el ahorro a partir de aportaciones periódicas puede suponer una excelente fórmula para comprometerte con esas metas e implica además muchas otras ventajas.