Los dos grandes ausentes de las carteras son la renta fija gubernamental de Reino Unido (Gilts) y Japón (JGBs). Siguiendo una filosofía puramente indexada deberíamos ver alrededor del 6% en Gilts y un poco más del 20% en JGBs. La decisión de sustituirlos por renta fija gubernamental de la Eurozona y de EEUU ha sido basada en nuestro criterio de tratar de proteger la cartera en escenarios de grandes caídas bursátiles. Como comentábamos en esta entrada del blog, Japón y Reino Unido no son los mercados de renta fija gubernamental que más se mueven en estos períodos:
Periodos de 3 meses en los que el mercado cae entre un 5% y un 10% | Periodos de 3 meses en los que el mercado cae un 10% | |
Caída mediana en el rendimiento de los bonos de EEUU a 10 años | 21 puntos básicos | 49 puntos básicos |
Caída mediana en el rendimiento de los bonos de Alemania a 10 años | 14 puntos básicos | 30 puntos básicos |
Caída mediana en el rendimiento de los bonos de Japón a 10 años | 7 puntos básicos | 9 puntos básicos |
Caída mediana en el rendimiento de los bonos de Reino Unido a 10 años | 18 puntos básicos | 20 puntos básicos |
Caída máxima en el rendimiento de los bonos de EEUU a 10 años | 92 puntos básicos | 175 puntos básicos |
Caída máxima en el rendimiento de los bonos de Alemania a 10 años | 80 puntos básicos | 93 puntos básicos |
Caída máxima en el rendimiento de los bonos de Japón a 10 años | 32 puntos básicos | 33 puntos básicos |
Caída máxima en el rendimiento de los bonos de Reino Unido a 10 años | 79 puntos básicos | 149 puntos básicos |
En el caso de Japón, hay razones bien estudiadas de por qué los JGBs no van a proteger tan bien en momentos de caídas fuertes. Principalmente su QQE (¨Quantitative and Qualitative monetary Easing¨, la versión japonesa del QE o compras de activos por parte del banco central), cuyo pilar es el YCC (¨Yield Curve Control¨), que hace que su programa de estímulo pueda ser pro-cíclico: el BOJ (¨Bank of Japan¨) va a comprar menos JGBs cuando los tipos de interés del JGB a 10 años caen de forma natural.
En consecuencia, hay maneras más eficientes de obtener duración en la cartera, a través de bonos del Tesoro de EEUU (UST) y de bonos de la Eurozona. Teniendo en cuenta la duración promedio del mercado británico (13 años), japonés (11,5 años), americano (6,5 años) y de la Eurozona (8,5 años), rápidamente vemos que habrá que introducir algunos bonos a largo plazo para poder reproducir la duración británica y japonesa con duración americana y de la Eurozona. Eso permitirá seguir aspirando al criterio de máxima indexación, puesto que todos estos mercados son principalmente una fuente de duración (sensibilidad a los tipos de interés), sin (casi) riesgo de crédito asociado, y en consecuencia (casi) intercambiables.
Otra de las ventajas de distribuir la misma duración entre la parte más corta de la curva y la parte más larga de la curva es el comportamiento de los tipos de interés en situaciones de grandes caídas. En estos escenarios, se suele producir un ¨bull flattening¨ de la curva (baja y se aplana) que, junto con la convexidad mayor de los bonos a largo plazo (segunda derivada del precio, primera derivada de la duración, modifica el precio del bono a tu favor en situaciones de grandes movimientos de tipos), revierten en un comportamiento mejor de la cartera cuando hay grandes caídas.
En resumen, ¿en qué nos hemos desviado de lo que la máxima indexación nos dictaría? Hemos escogido renta fija gubernamental americana y de la Eurozona (excluyendo Italia) en vez de japonesa y británica. Y hemos escogido obtener la duración en parte en la zona frontal de la curva, y en parte en la zona más alejada de la curva. Ambos cambios, si bien no alteran de forma significativa el comportamiento de la cartera en situaciones habituales, deberían proteger la cartera en caso de grandes caídas bursátiles.