así son los fondos verdes, los más respetuosos con el medio ambiente

El próximo 22 de abril es el Día de la Tierra, una jornada en la que se busca rendir homenaje a nuestro planeta y concienciar a la población sobre la importancia de aplicar políticas respetuosas con el medio ambiente y la lucha contra el cambio climático. No obstante, el compromiso con la Naturaleza no sólo es cosa de los gobiernos. Todos podemos poner nuestro granito de arena como ciudadanos e incluso como inversores.

En este sentido, cada vez más fondos de inversión aplican criterios de selección o exclusión ligados al respeto al medio ambiente. E incluso algunos de ellos se centran de forma específica en la inversión en sectores ligados a las tecnologías verdes.

Medio ambiente e ISR

Los fondos de estas características se enmarcan dentro de una categoría más amplia: la inversión socialmente responsable (ISR), también llamada inversión sostenible.

Esta filosofía tiene en cuenta una serie de criterios a la hora de invertir. Ojo porque estos criterios son perfectamente complementarios con las variables financieras que suele tener en cuenta cualquier gestor a la hora de analizar el potencial de una compañía. En este sentido, la ISR introduce un filtro adicional. No le vale sólo con que una compañía tenga buenas perspectivas de crecimiento y que cotice a un precio atractivo en bolsa. Además, debe cumplir con una serie de criterios en términos de buena gobernanza, responsabilidad social corporativa y compromiso con el medio ambiente. De ahí vienen, por cierto las siglas ESG, que en inglés significan Environmental, Social and Governance.

La buena gobernanza o gobierno corporativo mide cómo se produce la toma de decisiones en la compañía. La responsabilidad social corporativa se refiere a las acciones que realiza esa compañía para mejorar la sociedad de la que forma parte. Y el compromiso medioambiental implica no sólo que las empresas cumplan con sus obligaciones legales en este sentido, sino que contribuyan de forma activa para mejorar el medio ambiente, apostando por la economía circular, la reducción de la huella de carbono y la lucha contra el cambio climático.

Ventajas de la ISR

Las compañías que cumplen con todos estos criterios tienen una ventaja muy importante. Y no sólo en términos de imagen. Si la empresa es responsable tanto en materia de gobierno corporativo como de responsabilidad social y medio ambiente es mucho menos probable que llegue a protagonizar un escándalo en esta materia. Por tanto, los gestores de fondos que sólo incluyen este tipo de compañías en sus carteras eliminan o al menos reducen un riesgo muy importante que es el riesgo reputacional.

La cuestión es: ¿cómo lo hacen los gestores para seleccionar este tipo de compañías? Hay algunos que se limitan a aplicar filtros con criterios de exclusión. Esto quiere decir que directamente no invierten en compañías que pertenezcan a determinados sectores, como la industria armamentística, el juego o el tabaco. Otro criterio de exclusión es el que se aplica a las compañías que no cumplen con los principios del Pacto Mundial de Naciones Unidas.

También hay gestores de ISR que, además de tener en consideración estos filtros de exclusión, realizan una valoración cualitativa del cumplimiento que hacen las empresas en esta materia. Es decir, puntúan de manera positiva el compromiso que tiene cada empresa en términos de gobierno corporativo, compromiso social y medioambiental.

¿Cómo saber si un fondo aplica criterios de inversión sostenible? Muy sencillo. El reglamento europeo SFDR (Sustainable Finance Disclosure Regulation) obliga a que todos los fondos de inversión (incluidos los ETF) se clasifiquen en función de su compromiso con la ISR. En este sentido, existen tres categorías. Cada una de ellas se describe en un artículo distinto de la directiva.

– Fondos que cumplen con el artículo 6 (o sencillamente, fondos Artículo 6) son aquellos que “no tienen objetivos de sostenibilidad”. Por tanto, no aplican principios de inversión socialmente responsable y se rigen sólo por criterios exclusivamente financieros. Hoy por hoy, la mayoría de los fondos se encuadran dentro del artículo 6, aunque las otras dos categorías están al alza.

– Fondos Artículo 8 son aquellos que “promueven iniciativas sociales y ambientales junto con los objetivos de resultados tradicionales”. En otras palabras, estos fondos sí integran este tipo de criterios en su proceso de inversión.

– Fondos Artículo 9, también llamados fondos de impacto, dan un paso más allá. En su caso, tienen “objetivos explícitos de sostenibilidad”. Es decir: la sostenibilidad no es sólo un criterio adicional a la hora de invertir, sino que es el objetivo principal del fondo, su razón de ser. Por tanto, son productos que invierten exclusivamente en compañías que contribuyen a alcanzar esos objetivos a nivel global. Por ejemplo, empresas que se dedican a luchar contra la desigualdad social o a preservar la biodiversidad.

Los fondos más verdes

En resumen, los fondos de inversión respetuosos con el medio ambiente se enmarcan dentro de una categoría más amplia, que es la de la ISR. No obstante, aquellos inversores que quieran hilar más fino y realizar una apuesta concreta por la lucha contra el cambio climático o la inversión en energías verdes disponen de productos específicos.

En este apartado podemos encontrar distintos fondos, tanto indexados como de gestión activa, que invierten en compañías de energías renovables o que desarrollan tecnologías ligadas a la eficiencia energética, el transporte limpio o la gestión responsable de los residuos.

Como botón de muestra:

Por cierto que los fondos respetuosos con el medio ambiente no son coto exclusivo de la renta variable. Dentro de esta categoría se encuadran también los fondos que invierten en bonos verdes, que son aquellos que se destinan a la financiación de proyectos responsables con el planeta en áreas tan diversas como las energías renovables, la eficiencia energética, el transporte limpio o la gestión responsable de los residuos.