El Camino de Santiago siempre ha estado rodeado de muchas leyendas, anécdotas y misticismo, algo por lo que me he sentido muy atraída.
Pero por una cosa o por otra no fue hasta junio de 2010, coincidiendo con la boda de un amigo en la zona, cuando di mi primer pasito en dicho remanso de felicidad, concretamente en una de las etapas más duras: Villafranca del Bierzo – O’Cebreiro (30,5 kms).
Literalmente fue una experiencia, ya que aunque de toda la vida he caminado bastante, nunca había hecho una jornada tan dura. Pero mis ganas de conseguir terminar la etapa y ese halo de El Camino, hicieron que coronase O’Cebreiro.
Como no teníamos alojamiento allí, nos bajamos en coche a Herrerías de Valcarce, y repusimos fuerzas en Casa Polin saboreando sus famosas truchas, pescadas en el río que circunscribe dicho hostal. La siesta en un prado después de la etapa y la comida fueron otras experiencias muy recomendables.
Al día siguiente, iniciamos otra nueva etapa desde O’Cebreiro, más llanita pero también larga, de 29,5 kms, hasta llegar al Monasterio de Samos, mítico punto de reunión del peregrinaje.
Tras esta primera experiencia con El Camino, me quedé con el reconcome de que tenía que seguir interactuando con él, por lo que de nuevo hace tres años, en septiembre de 2019 me acople en León a un grupo de seis amigos que llevaban unos días caminándolo.
La experiencia de 2010 fue diferente, ya que en ese momento llevábamos coche escoba. Ahora, en esta ocasión, sí fue mi primera toma de contacto como auténtica peregrina, ya que a mis espaldas se acopló una verruga insoportable. Menos mal que seguí los consejos de amigos expertos y sólo llevaba lo imprescindible, a pesar de que “antes muerta que sencilla”.
Las etapas de camino en esta segunda toma de contacto con El Camino fueron:
– León – Villar de Mazarife: 21,1 kms.
– Villar de Mazarife – Astorga: 31,5 kms.
– Astorga – Rabanal del Camino: 20,7 kms.
– Rabanal del Camino – Molinaseca: 25 kms.
– Molinaseca – Ponferrada: 10 kms.
Entre tantos kilómetros caminados tienes tiempo para encontrarte, para conocer más a tus acompañantes, conocer a otros caminantes y sobre todo, disfrutar y saborear el espíritu de El Camino. Así que este año, después de tantas restricciones sanitarias pandémicas, volveré a repetir a finales de septiembre una semana de etapas por Navarra y Rioja, y por supuesto aprovechando y haciéndolo coincidir con el esplendor de la época de la vendimia.
Por si os apetece, os paso el link de una película que resume muy claramente el espíritu de El Camino.
¡¡¡Buen camino!!!