Una de las ventajas de la inversión en bolsa es el cobro de dividendos. No obstante, no todas las compañías cotizadas son igual de generosas. Algunas reparten un porcentaje de su beneficio (pay-out) muy elevado, mientras que otras prefieren reinvertirlo para financiar el crecimiento o reforzar los recursos propios.
Ahora bien: el pago del dividendo, aunque un caramelo para el inversor, también afecta a la cotización de la compañía que lo reparte.
Fechas clave
En el proceso de reparto del dividendo hay varias fechas que hay que señalar en el calendario:
- Fecha del anuncio
- Fecha de registro
- Fecha ex-dividendo
- Fecha de pago
La fecha del anuncio es aquella en la que la compañía anuncia oficialmente el día y el importe en el que abonará ese pago. Es entonces cuando los accionistas puedan saber exactamente a cuánto asciende su retribución. Hasta ese momento, pueden utilizar como guía las estimaciones que realizan las distintas firmas de análisis.
El dividendo anunciado puede ser ordinario, es decir, derivarse de los resultados de la empresa. O bien extraordinario, lo que implica que la compañía ha obtenido unos ingresos extra por alguna razón (por ejemplo, la venta de una filial) y que ha decidido repartir ese importe, o buena parte, entre sus accionistas
Todos los accionistas de la empresa tienen derecho al cobro del dividendo. No obstante, las acciones se encuentran en permanente negociación y cambian de manos constantemente. Los accionistas de ahora no tienen por qué coincidir con los de mañana o incluso con los de dentro cinco minutos. En consecuencia, existe una fecha de referencia que actúa como una “foto fija”. Determina quiénes son los accionistas de la compañía en un momento determinado y, por tanto, los que tienen derecho al cobro.
Así, la fecha de registro (last trading day) indica que todos los accionistas que estén registrados ese día tienen derecho a recibir el próximo dividendo. Por tanto, es la última jornada bursátil en la que puedes comprar acciones de la empresa si aspiras a cobrarlo.
Al día siguiente será la fecha ex dividendo (fecha de corte o ex date) que es el día a partir del cual la adquisición de acciones ya no da derecho al cobro de ese dividendo en concreto (aunque sí a los posteriores que se anuncien más adelante).
Finalmente, la fecha de pago es el día en el que la compañía abona el dividendo.
Todas estas fechas (registro, ex dividendo y pago) están disponibles en la sección de “Accionistas e inversores” de la web de la empresa cotizada. La prensa económica también suele hacerse eco de este calendario.
Descuento en la cotización
Un dato relevante a tener en cuenta es que la cotización de una compañía descuenta el pago de los dividendos que reparte. Por tanto, aquellas que son más generosas con el inversor tienen ese penalizador en bolsa. Lo cual no implica que la compañía no pueda llevar una trayectoria alcista e incluso subir más que el conjunto del mercado.
¿Por qué baja la cotización con el pago del dividendo? Piensa que el dividendo sale de las arcas de la empresa para ir al bolsillo de los accionistas. La valoración de la compañía, por tanto, deberá reflejar que sus recursos son ahora ligeramente inferiores, puesto que ya no tiene ese dinero en su poder.
Por ejemplo, imagina que una empresa tiene un valor de mercado (capitalización bursátil) de 1.000 millones de euros. Y como tiene 100 millones de acciones en circulación, cada una cotiza a 10 euros. El mercado le adjudica esa valoración teniendo en cuenta los activos que tiene la empresa en balance (como fábricas, inmuebles o recursos de distintos tipos) a los que suma el efectivo del que dispone en caja.
Por tanto, si la compañía anuncia el pago de 50 millones de euros en dividendos, en teoría pasará de valer 1.000 millones a valer 950. Y, por ende, la cotización del valor deberá reflejarlo, pasando de 10 euros a 9,5 euros por acción.
De este modo, el precio por acción se reduce para recoger esa pequeña descapitalización de la compañía. ¿Y cuándo se espera que lo haga? En la apertura de mercado de la fecha ex dividendo. No obstante, esto no quiere decir que la cotización vaya a descontar única y exclusivamente ese factor, ya que al mismo tiempo se está produciendo todo tipo de variables que también inciden en el precio de las acciones.
En el ejemplo anterior, si el precio de la acción es de 10 euros y la compañía realiza el pago del dividendo por valor de 50 céntimos, el día de la fecha ex dividendo, la cotización arrancará la jornada en 9,5 euros. Sin embargo, enseguida influirán otros factores que incidirán de forma positiva o negativa en la cotización: noticias que afectan a la empresa, cambios en las estimaciones de los analistas, etcétera.
¿Tiene sentido entonces comprar una acción exclusivamente para el cobro del dividendo? En realidad, no. En primer lugar, porque la cotización va a descontar negativamente el pago. Y en segundo lugar, porque al mismo tiempo no dejará de oscilar en sentido positivo o negativo en función de otras variables que también influyen en el precio.