Un plan de pensiones es un productos de ahorro cuyo propósito principal es invertir de cara a la jubilación. Por tanto, a priori no deberíamos juzgarlos por los resultados que estén obteniendo en el corto plazo. Lo importante es la rentabilidad final que logren acumular en el momento del rescate. Algo que, en la mayoría de los casos, no sucederá hasta dentro de varios años, ya que por la propia naturaleza de estos productos, el inversor sólo podrá recuperar el dinero una vez se jubile, o cuando se dé alguno de los supuestos excepcionales.
Aún así, hay algunas pistas que nos pueden llevar a pensar que nuestro capital podría estar invertido de manera más eficiente en un plan de pensiones distinto al actual. Un aspecto que merece la pena considerar, habida cuenta de que el traspaso entre planes de pensiones no tiene ninguna penalización fiscal.
Estrategia de gestión
Si tu plan de pensiones es de gestión activa (es decir, no se limita a imitar lo que hace el mercado, sino que busca hacerlo mejor), es interesante que compares si efectivamente ha logrado su objetivo de forma consistente. En este sentido, conviene que realices esta comparación a diversos plazos. No te limites sólo a los últimos 12 meses: analiza también su evolución en un plazo de 3, 5 y 10 años. De ese modo, podrás evaluar si tu plan de pensiones es capaz de batir al índice de manera consistente. Y es que hacerlo mejor que el conjunto del mercado resulta una tarea muy complicada y la mayoría de los planes no lo consigue. De hecho, según un estudio del IESE, solo seis de cada 100 fondos de pensiones baten al Ibex 35 en los últimos 15 años.
Si efectivamente tu plan lo hace peor que su índice de referencia, puedes barajar varias opciones. Por un lado, traspasar la inversión a otro plan que pienses que sí tiene la capacidad de batir al mercado. Aquí hay varios criterios que puedes sopesar: evolución del producto a diversos plazos, experiencia del equipo gestor, comisiones, rating de las agencias especializadas, etcétera. Pero en última instancia, recuerda la coletilla de que “rentabilidades pasadas no implican rentabilidades futuras”.
Una segunda opción es que traspases tu plan a otro que invierta en ese mismo mercado, pero que sea indexado. De ese modo, te asegurarás de que tu plan de pensiones no lo hará peor que el índice (aunque tampoco mejor).
Comisiones
Las comisiones resultan decisivas para la rentabilidad de un producto, especialmente en el largo plazo, ya que se produce el efecto bola de nieve. Por tanto, es recomendable elegir un producto cuyas comisiones sean lo más bajas posible. Sobre todo, cuando se trata de un producto indexado, en el que la labor del gestor es muy sencilla (sólo tiene que replicar el comportamiento del índice) y, por tanto, no aporta ningún valor añadido que justifique unas comisiones más elevadas. Por tanto, si tu plan de pensiones es indexado, conviene que revises las comisiones que cobra. Quizá te resulte interesante traspasarlo a otro producto que replique el mismo índice, pero con comisiones más reducidas.
Riesgo
Al margen de la rentabilidad que acumule tu plan, es aconsejable que revises también el nivel de riesgo, que vendrá determinado por los activos en los que invierte. Recuerda que el nivel de riesgo debe ir en consonancia con tu horizonte temporal. De este modo, el peso de la renta variable debería ir reduciéndose a medida que se acerca la fecha del rescate. Ten en cuenta que la tendencia de la bolsa a largo plazo es alcista, pero en el corto plazo puede experimentar altibajos (la renta fija también puede sufrirlos, pero de menor calado) y no puedes correr el riesgo de que uno de esos vaivenes coincida justo con el momento en el que necesitas rescatar tu dinero. Por tanto, asegúrate de que el nivel de riesgo de tu plan de pensiones, y en general del conjunto de los ahorros que tengas previstos para la jubilación, sea proporcional a tu horizonte temporal.
Esta recomendación también funciona en sentido contrario: si te faltan aún muchos años para jubilarte, lo ideal es que asumas más riesgo, ya que la renta variable suele ser el activo más rentable en el largo plazo.
¿Cómo puedes saber qué peso deberían tener la bolsa y la renta fija en tu plan de pensiones? No se puede ofrecer una cifra exacta, pero sí existen algunas reglas básicas (como la regla del 100), que pueden ayudar a orientarte.