Endeudarse para invertir: ventajas e inconvenientes

“Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo”. Con estas palabras expresaba Arquímedes la ley de la palanca, que en resumidas cuentas supone multiplicar un pequeño esfuerzo para conseguir grandes resultados. Un principio que también tiene su traducción en el mundo financiero. En este caso, el apalancamiento consiste en utilizar un mecanismo (a menudo, el endeudamiento) para aumentar la cantidad disponible para la inversión.

Esta estrategia tiene una consecuencia muy clara. Y es que si la inversión sale bien, los beneficios serán mucho más elevados que si no te hubieras financiado. Pero esto también funciona en sentido contrario: si la inversión sale rana, el perjuicio también será superior.

La cuestión es: ¿cómo puedes saber si esta estrategia de inversión es adecuada para ti? Te explicamos en detalle los pros y los contras.

Ventajas

Efecto multiplicador. La gran virtud del apalancamiento es que abre la posibilidad de multiplicar las ganancias de una inversión. Veamos un ejemplo. El inversor A coloca 1.000 euros en un fondo de inversión, que sube un 20% anual. Al cabo de un año obtiene 1.200 euros. Por tanto, la rentabilidad de su inversión ha sido del 20%.

El inversor B dispone de la misma cantidad inicial, 1.000 euros. Sin embargo, quiere maximizar las ganancias, así que recurre al apalancamiento y pide un crédito por otros 1.000 euros más. El banco le presta el capital a cambio de un tipo de interés. En este caso, pongamos que es del 2% (20 euros). Si invierte ese dinero en el mismo fondo que el inversor A, obtendría 2.400 euros. Al cabo de un año, devuelve al banco los 1.000 euros que le debe, más los 20 euros de intereses, y aún le quedarían 1.380 euros. Por tanto, la rentabilidad de la inversión habría sido del 38%.

Lógicamente, el éxito de este tipo de operaciones depende de diversas variables, como el retorno que obtengas de la inversión (que ojo: también puede generar pérdidas) y el tipo de interés más los gastos que suponga la obtención del crédito.

Eficiencia financiera. Un aspecto que cobra especial relevancia es el entorno de tipos de interés, ya que determina el coste del apalancamiento. Si los tipos de interés son elevados, los bancos te pedirán intereses más altos a cambio de concederte el crédito. En consecuencia, te resultará más complicado encontrar inversiones cuya rentabilidad esperada sea tan elevada como para que la operación merezca la pena. Y al revés: en un entorno de tipos de interés bajos, como el actual, endeudarse sale mucho más barato. Por tanto, el listón que tiene que superar tu inversión para que la operación sea rentable es más bajo.

En definitiva, todo depende del coste de la deuda y del retorno que esperas obtener con el dinero obtenido.

Oportunidad de inversión. Otra de las ventajas del endeudamiento financiero es que permite invertir en activos que, de otro modo, estarían fuera del alcance de tu bolsillo. O que lo están, al menos, en el momento actual. El ejemplo más claro de esto es la compra de un inmueble, que es la inversión apalancada por excelencia. Pocas personas disponen del capital suficiente para pagar el precio de una vivienda a tocateja. En consecuencia, sólo caben dos opciones: ahorrar durante años hasta poder pagarla en su totalidad o bien solicitar una hipoteca y comprarla desde el principio.
Por tanto, el endeudamiento te permite comprar en el momento que tú eliges, sin tener que esperar a acumular el ahorro suficiente. Esto cobra especial relevancia cuando has encontrado la casa de tus sueños y no quieres arriesgarte a perderla. O cuando has encontrado una oportunidad de inversión que te parece particularmente atractiva y quieres poner toda la carne en el asador.bb

Desventajas

Riesgo más elevado. En el lado de los contras, destaca la posibilidad de equivocarse. Si la inversión no ofrece el retorno esperado tendrás que afrontar unas pérdidas superiores a las que asumirías si no te hubieras endeudado. Siguiendo el ejemplo anterior, si el inversor A invierte 1.000 euros en un fondo, y éste baja un 10%, sus pérdidas serán de 100 euros, es decir, del 10%.

Pero para el inversor B, las pérdidas serán superiores. Sus 2.000 euros se habrán convertido en 1.800 euros. Una vez devuelva al banco los 1.000 euros prestados más los intereses, le quedarán 780 euros. Por tanto, sus pérdidas serán del 22%.

En este sentido, es clave que el inversor sea muy consciente de los niveles de pérdida máxima que puede asumir y que disponga de un nivel de tolerancia al riesgo acorde con las características de la operación.

También es importante que tengas en cuenta el plazo de la inversión. Piensa que en los contratos de pignoración tus activos quedan inmovilizados durante una temporada. No podrás hacer trading ni operar con ellos, por lo que lo ideal es que el horizonte de tu inversión sea a largo plazo.

Mayor complejidad. Las operaciones de apalancamiento, ya sea a través de un crédito para la inversión o mediante instrumentos como los ETF apalancados, no son fáciles de entender. A menudo requieren comprender conceptos complejos con los que el inversor convencional no está familiarizado, como el de préstamo pignorado o margin call. Además, es necesario sopesar más variables de lo habitual para intentar evaluar la eficiencia de la operación.

Por otro lado, el efecto multiplicador de la inversión corre en los dos sentidos, por lo que aún es más importante que el ahorrador disponga de los conocimientos necesarios para atinar con la inversión adecuada.

Por tanto, el endeudamiento como estrategia de inversión resulta más idóneo para un perfil de inversor avanzado que cuente con experiencia previa y sea capaz de comprender y asimilar los riesgos de la operación.

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