La gestión pasiva está revolucionando el mundo de la inversión y su crecimiento se ha disparado. Vanguard, iShares y State Street, firmas líderes en este estilo de inversión, gestionan entre las tres más de 15 billones de dólares, la mayoría en productos de gestión pasiva.
Este estilo de inversión consiste, básicamente, en replicar o copiar un determinado índice o sector para lograr su misma rentabilidad. Esta estrategia defiende que el mercado es eficiente y, por tanto, aspira a lograr el mismo resultado del mercado, en lugar de intentar batirlo, como busca la gestión activa.
Puesto que en los productos de gestión pasiva el gestor no toma ninguna decisión de inversión, los costes son menores. Y menos comisiones inciden directamente en una mayor rentabilidad.
Estas dos ventajas —la simplicidad y el coste— están impulsado el crecimiento de los dos productos por excelencia de gestión pasiva: los fondos indexados (fondos índice) y los ETFs (Exchange Traded Funds).
En pocas palabras, un fondo indexado o un ETF se revalorizará o devaluará lo mismo que haga su índice de referencia (Ibex35, Dow Jones o S&P500, por ejemplo), con leves variaciones.
Más allá de la similar rentabilidad de ambos productos, la principal diferencia entre un ETF y un fondo indexado radica en la fiscalidad. Los ETF cotizan diariamente como las acciones y, en el momento de la venta, el inversor ha de tributar.
Por el contrario, los fondos índice, como todos los fondos de inversión, tienen una fiscalidad más eficiente, ya que permiten traspasos, y el patrimonio se puede mover de un fondo a otro sin peaje fiscal. De este modo, los inversores pueden diferir el pago de impuestos hasta el momento en el que deshacen su inversión.
Crecimiento récord
A lo largo de 2019 los fondos de gestión pasiva en Europa han registrado entradas netas de dinero por importe de 100.800 millones de euros netos, el doble que el año anterior, según los registros de Morningstar analizados por Lyxor.
El volumen total de patrimonio bajo gestión en vehículos de estrategia pasiva ha alcanzado los 870.000 millones en Europa, un 40% más que hace un año. En los últimos cinco años, el crecimiento en tasa anualizada alcanza el 20%.
En la última década, el volumen de activos de gestionados pasiva ha crecido 4,7 veces más rápido que la activa con un crecimiento acumulado de 397,65% frente al 43,25%, respectivamente, según datos de Morningstar.
En España la gestión pasiva representa todavía una cuota de mercado muy discreta del 2%, que queda muy lejos de la media europea del 19% y de la cifra estadounidense, donde es un mercado ya consolidado y representa el 33% de activos bajo gestión.