El mundo del «noble arte» y el de las inversiones pueden parecer inicialmente muy alejados entre sí, dado que uno se vincula con la fuerza física y la competencia atlética, y el otro con el análisis numérico y las decisiones de compraventa. Sin embargo, al examinar más de cerca ambas disciplinas, se revelan sorprendentes similitudes.
El boxeo es un deporte de combate que enfrenta a dos oponentes en un ring, donde el objetivo es superar al otro mediante estrategia, habilidad y resistencia. De manera similar, el mundo de las inversiones es un entorno competitivo donde los inversores deben enfrentarse a desafíos constantes, incluyendo la volatilidad del mercado, la incertidumbre económica y la competencia de otros inversores. En ambos casos, la adversidad es una constante, y aquellos que puedan enfrentarla con determinación y habilidad tienen más probabilidades de alcanzar el éxito.
Asimismo, antes de cada pelea, los boxeadores pasan horas entrenando, estudiando a sus oponentes y desarrollando estrategias para maximizar sus posibilidades de victoria. De manera similar, los inversores dedican tiempo y esfuerzo a investigar y analizar activos, mercados y tendencias antes de tomar decisiones de inversión. La preparación meticulosa y el análisis cuidadoso son fundamentales tanto en el ring como en el mundo de las finanzas para tomar decisiones informadas y minimizar los riesgos.
Estas similitudes entre el boxeo y las inversiones subrayan la importancia de la estrategia, la disciplina y la resiliencia en la búsqueda del éxito en ambos campos. Por tanto, al profundizar en las aptitudes que todos los grandes boxeadores de la historia desarrollaron y pusieron en práctica para llegar a ser leyenda, los inversores podrán descubrir nuevas perspectivas y enfoques a aplicar para mejorar sus habilidades de inversión y lograr sus objetivos financieros a largo plazo.
1. Planificación estratégica
Los boxeadores desarrollan estrategias específicas para cada combate, teniendo en cuenta las fortalezas y debilidades de su oponente, así como su propio estilo de pelea.
Uno de los ejemplos más famosos sobre la importancia de una buena planificación estratégica es el combate más famoso de la historia, con nombre propio incluido, “Rumble in the jungle”. Era el campeonato mundial de los pesos pesados, que tuvo lugar el 30 de octubre de 1974 en Kinshasa, Zaire (la actual República democrática del Congo). Se enfrentaban George Foreman, por entonces invicto, y Muhammad Ali.
Foreman tenía la pegada más dura del circuito, evidenciada por su porcentaje de victorias por KO, más del 92%. Y Ali no era famoso por su potencia, si bien tenía una maravillosa defensa. El equipo de Ali sabía que por físico y pegada no le ganarían, así que definieron y aplicaron una estrategia totalmente atípica.
Calentaron a Foreman durante las semanas previas a la pelea para que llegase con ganas de soltar toda su furia contra Ali e intentase noquearlo en los primeros asaltos, a la vez que Ali se entrenó sobre todo para defenderse de los brutales golpes de Foreman. La pelea se dio tal y como la había imaginado el equipo de Ali. Foreman estuvo durante siete asaltos invirtiendo toda su energía en lanzar golpes de poder para noquear a su oponente sin éxito, mientras que Ali reservaba su energía dedicándose a esquivar y repeler los golpes de Foreman. En el octavo asalto, Ali vio que había llegado el momento que había estado esperando todo el combate. Foreman, por la rabia acumulada durante las semanas previas a la pelea, había gestionado mal su energía y estaba exhausto, situación que Ali aprovechó para atacarlo sin piedad y noquearlo.
Al igual que un boxeador estudia a su oponente y adapta su preparación y su actuación en el ring, un inversor debe analizar el mercado y los activos en los que planea invertir antes de tomar decisiones y ejecutarlas, teniendo en cuenta su tolerancia al riesgo y el horizonte temporal que contempla, para que la probabilidad de conseguir sus objetivos sea la más alta posible.
2. Gestión de riesgos
En el boxeo, los peleadores evalúan y gestionan el riesgo durante el combate para evitar lesiones y maximizar sus posibilidades de éxito. Floyd Mayweather Jr. es un ejemplo de maestría en este aspecto. Más allá de la fama por sus excentricidades fuera del ring, dentro del cuadrilátero es una eminencia a la hora de calibrar sus movimientos y elegir sus acciones para proteger su integridad física y no ser golpeado mientras mina física y psicológicamente a sus rivales hasta conseguir la victoria. Se retiró invicto.
Análogamente, la gestión adecuada del riesgo es fundamental tanto en el ring, para proteger la integridad física, como en el mercado, para proteger el capital y maximizar los rendimientos a largo plazo, diversificando las carteras y manteniendo un colchón de efectivo para hacer frente a la volatilidad.
3. Adaptabilidad y flexibilidad
Los púgiles deben adaptarse rápidamente a los movimientos de su oponente y a las condiciones cambiantes del combate. Mike Tyson dijo: «Todo el mundo tiene un plan hasta que les suelto un puñetazo en la boca«. Esta frase sintetiza muy bien este aspecto. Hasta que no te enfrentas al rival no puedes calibrar si realmente tu plan va a ser efectivo. En caso de no serlo, hay que adaptarse a ello para no sufrir dramáticas consecuencias.
Un ejemplo claro de adaptabilidad y flexibilidad dentro del ring fue lo que hizo Sugar Ray Leonard en su segundo combate contra Thomas Hearns en 1989. En esta revancha épica, Sugar Ray Leonard cambió su enfoque táctico después de ser dominado en los primeros rounds por la potencia y el alcance de Thomas Hearns. Leonard ajustó su estrategia a las condiciones que estaba imponiendo su rival, optando por una aproximación más agresiva en los asaltos finales. De esta manera logró debilitar a Hearns y, finalmente, derribarlo en el 11º asalto para ganar por nocaut técnico.
Al igual que los luchadores en el cuadrilátero, los inversores deben ser flexibles y estar dispuestos a ajustar sus estrategias en respuesta a los cambios del mercado, la economía y las circunstancias personales. La capacidad de adaptación es esencial para sobrevivir y prosperar tanto en el ring como en el mundo de las inversiones.
4. Disciplina y control emocional
La disciplina mental y el control emocional son cruciales tanto en el boxeo como en las inversiones financieras. En el ring, los peleadores deben mantener la compostura incluso bajo presión y evitar tomar decisiones impulsivas que puedan costarles la pelea. Muchas han sido ganadas antes de la propia contienda porque uno de ellos ha aplicado en careos y entrevistas el “trash talk” y el oponente ha sucumbido a las provocaciones, llevando la pelea a lo personal y dejando que sus emociones condicionen sus decisiones durante la pelea provocando su derrota.
Esto es lo que sucedió en el combate entre Sergio “Maravilla” Martínez y Miguel Cotto en 2014, en el mítico Madison Square Garden de New York. “Maravilla” Martínez cayó en la provocación de Cotto y, cegado por el deseo de hacerle pagar sus palabras, quiso seguir con el combate teniendo una lesión muscular en el pecho, trastornos en el riñón y un sinfín de problemas. El desenlace no pudo ser peor: derrota por nocaut técnico y pérdida del cinturón de campeón del mundo. “En este deporte el que primero se enoja pierde, y esa vez el primero fui yo” reconoció años después en una entrevista.
De manera similar a los luchadores, los inversores deben mantener la calma durante los períodos de volatilidad del mercado y resistir la tentación de realizar operaciones impulsivas que puedan perjudicar su cartera a largo plazo. La disciplina y el control emocional son la clave para tomar decisiones financieras racionales y evitar errores costosos.
5. Persistencia y resiliencia
En el boxeo, la persistencia y la resiliencia son fundamentales para superar los desafíos y alcanzar el éxito. Los peleadores enfrentan derrotas y contratiempos en el camino hacia la cima, pero aquellos que perseveran y se levantan de nuevo son los que llegan más lejos.
La historia vital de Vinny Paz es la expresión de esta característica llevada al extremo. Vinny era un famoso boxeador americano a finales de los 80 y principios de los 90 que, estando en su mejor momento y con un título de campeón del mundo en su haber, sufrió un accidente de tráfico que le provocó fracturas en dos vértebras del cuello con la consiguiente imposibilidad de moverse durante meses. Los médicos le informaron de que nunca más volvería a boxear pero, rechazando toda opinión médica y enfocado en su sueño, se propuso operarse, rehabilitarse y ejercitar su cuello tanto como fuera necesario para poder defender su cinturón de campeón del mundo. Ante la atónita mirada de la comunidad médica, Vinny Paz volvió al cuadrilátero meses después y continuó con su carrera, ganando así dos defensas del título mundial. Se retiró años más tarde como una leyenda, habiendo conquistado el título mundial en dos categorías diferentes.
La persistencia y la resiliencia son cualidades valiosas tanto en el ring como en el mercado. Los inversores también experimentan altibajos y crisis periódicas, pero aquellos que mantienen una actitud positiva y continúan invirtiendo a largo plazo tienden a obtener mejores resultados.
Conclusiones
Después de explorar las similitudes entre el boxeo y las inversiones, es evidente que ambos campos comparten principios fundamentales que pueden proporcionar valiosas lecciones para los inversores:
- Estos pueden aprender de la mentalidad de los boxeadores, quienes enfrentan desafíos con valentía y determinación, y están dispuestos a adaptarse y ajustar su enfoque según sea necesario.
- La importancia de la disciplina y el control emocional en la toma de decisiones financieras, evitando reacciones impulsivas y manteniendo la calma durante períodos de volatilidad.
- La persistencia y la resiliencia como cualidades fundamentales para superar contratiempos y perseguir los objetivos financieros a largo plazo, incluso cuando las cosas se ponen difíciles.
En resumen, al igual que en el boxeo, las inversiones no siempre consiguen los mejores resultados de inmediato. Pero con determinación y enfoque se pueden superar los obstáculos y alcanzar el éxito a largo plazo.