¿Invierten las mujeres de manera diferente a los hombres?

Las mujeres tienen una presencia minoritaria en el mundo de la inversión. En términos generales, su patrimonio es inferior, cuentan con menos conocimientos financieros y son menos propensas a invertir su dinero.

La buena noticia es que esta brecha de género se va cerrando poco a poco. Cada vez más mujeres se interesan por la gestión de sus finanzas personales. Y lo hacen, además, con un estilo propio.

Menos riesgo

Según la literatura académica, las mujeres tienden a mostrar una mayor aversión al riesgo que los hombres. Suelen ser más propensas a invertir en activos más conservadores, aunque eso suponga reducir sus expectativas de rentabilidad.

Este sesgo no responde a ningún imperativo genético, ya que en términos biológicos el hecho de tener un cromosoma masculino o femenino no hace que una persona sea más propensa a asumir riesgos. Sin embargo, hay estudios que indican posibles causas culturales, relacionadas con el rol que ha tenido la mujer en la sociedad desde tiempos remotos. De este modo, el género femenino ha sido menos propenso a competir por los recursos y más proclive al cuidado de los seres queridos.

Otros estudios postulan que las mujeres afrontan una mayor incertidumbre financiera, ya que tienen menos posibilidades de acceso a la riqueza que los hombres. Como resultado, tienden a invertir menos y su tolerancia al riesgo es más baja.

En todo caso, parece claro que las mujeres presentan un cierto sesgo conductual. Un informe de DWS aborda esta cuestión y refleja que las carteras de inversión de hombres y mujeres muestran algunas diferencias. Los hombres tienden a apostar más por la inversión directa en acciones, mientras que las mujeres muestran una mayor preferencia por los fondos de inversión y la renta fija.

Más éxito

El hecho de que las mujeres tomen las riendas de sus finanzas personales no sólo es recomendable para que puedan alcanzar una mayor autonomía económica. Además, su manera de invertir tiende a generar mayores retornos en el largo plazo. Según un informe de Fidelity, las inversiones realizadas por las mujeres estadounidenses superaron en 40 puntos básicos a las de los hombres.

Otro estudio de Warwick Business School arrojó un resultado similar. Las inversiones femeninas obtuvieron un plus de rentabilidad de 1,8 puntos porcentuales en términos anuales.

¿Por qué las mujeres consiguen sacar más jugo a su dinero? Por un lado, son menos propensas al trading (operar con acciones en el corto plazo), que es un estilo de inversión que a la postre suele resultar poco rentable para los inversores con poca experiencia.

Además, las mujeres tienden a permanecer invertidas cuando se presentan ciclos bajistas en el mercado. O dicho de otro modo: son menos proclives a vender en momentos de alta volatilidad. Algo que, como sabemos, resulta clave si se quieren obtener los mejores retornos en el largo plazo.

Por otro lado, las inversoras recurren con mayor frecuencia a las órdenes stop-loss, lo que les ayuda a limitar los niveles de pérdidas. Y tienen más propensión que los hombres a seguir el consejo de un asesor financiero profesional.

Mayor compromiso social

Otro de los sesgos femeninos que aprecian los estudios es la mayor propensión a la inversión socialmente responsable. Este tipo de inversión incorpora criterios no financieros en la selección de valores, como el análisis y evaluación del gobierno corporativo de las empresas, así como su compromiso social y medioambiental.

Las mujeres se muestran más interesadas que los hombres por soluciones de inversión que tengan en cuenta este tipo de criterios. De hecho, una encuesta global realizada por UBS concluyó que el 71% de las mujeres consideraba la sostenibilidad a la hora de tomar decisiones de inversión, frente al 58% de los hombres.

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