qué es un fondo de inversión de capital fijo

En el mundo de la inversión hay diversos productos financieros por los que puedes optar. Los más conocidos en España son los fondos de inversión, los planes de pensiones y los ETF. Pero en los mercados anglosajones existe otro tipo de productos a los que puedes tener acceso. Entre ellos, los fondos de inversión de capital fijo, o closed ended funds (CEF). Te contamos en qué consisten y cómo puedes acceder a ellos.

En qué consisten

Los CEF son fondos de inversión de gestión activa, lo que quiere decir que el gestor realiza una selección de los valores que cree que pueden hacerlo mejor que el conjunto del mercado.

Para ello, tienen un capital fijo a su disposición, de ahí el nombre que recibe este producto. Este capital viene definido cuando salen a bolsa. Posteriormente, el CEF continúa cotizando, al igual que lo hacen las acciones o los ETF.

A diferencia de un fondo de inversión convencional, los inversores interesados en comprar o vender participaciones de un CEF tienen que recurrir a la bolsa, ya que la gestora no puede emitir nuevas participaciones del producto, ni tampoco recomprarlas.

El precio de cada participación lo determina la oferta y la demanda que haya de esas participaciones en cada momento. Por tanto, no tiene por qué coincidir con el valor de los activos bajo gestión.

Ventajas

El hecho de que el número de participaciones esté predeterminado implica que el fondo nunca va a tener problemas de liquidez derivados de las ventas en pánico.

Piensa que, en un fondo convencional, si se produce una oleada de ventas el gestor se ve obligado a deshacer la cartera para poder hacer frente a los reembolsos, a menudo en momentos poco propicios de mercado (de ahí que algunos fondos impongan elevadas comisiones de salida en los primeros años). Sin embargo, en el caso de un CEF, el fondo no tiene que deshacer cartera (ni comprar nuevos activos), ya que las participaciones pasan directamente de las manos de los compradores a los vendedores, y viceversa.

Otra de las ventajas frente a un fondo de inversión es que los CEF pueden invertir tanto en bolsa y renta fija como en compañías no cotizadas.

Hay CEF temáticos y orientados a distintas estrategias y centrados en diferentes sectores o tipos de activo. Pero en términos generales, la mayoría tiene una fuerte vocación por el reparto de dividendos. Por tanto, suelen ofrecer rentabilidades por dividendo relativamente elevadas y con una periodicidad de reparto frecuente.

Riesgos

El hecho de que el valor de las participaciones venga determinado por la oferta y la demanda supone una fuente de volatilidad adicional y, en según qué casos, resta cierta liquidez al producto, ya que las horquillas de precio pueden ser más amplias. Por tanto, merece la pena analizar el volumen de negociación del CEF para intentar minimizar este riesgo.

Además, la mayoría de estos productos suele contar con un cierto grado de apalancamiento, con el riesgo (y el potencial de rentabilidad) que esto implica.

Finalmente, en algunos fondos las comisiones pueden llegar a ser elevadas (hasta un 3%- 4% anual), sobre todo en aquellos que están más apalancados.

Cómo invertir

La regulación europea es restrictiva con los productos que cotizan en mercados no comunitarios. Por ejemplo, prohíbe el acceso a los ETF americanos. Sin embargo, sí permite invertir en fondos de capital fijo.

Ahora bien, impone una limitación: para que un CEF pueda comercializarse entre inversores particulares debe contar con un KIID (siglas en inglés del DFI, o folleto simplificado).

La mayoría no dispone de KIID, pero algunos sí que lo tienen. En esos casos, puedes invertir en ellos a través de tu bróker habitual o solicitar que lo incorporen a su oferta de producto.

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