qué es una spv o vehículo de propósito especial

Si te interesa el mundo de la inversión o si eres un lector asiduo de la prensa salmón puede que hayas visto alguna vez el término SPV. Son las siglas de Special Purpose Vehicle, que en inglés significa Sociedad de Propósito Especial.

También se las suele denominar sociedades instrumentales, ya que se crean con un fin específico: canalizar el dinero de una serie de inversores para gestionar un proyecto en concreto.

Este tipo de sociedades están reguladas en el Reglamento 1075/2013 del BCE y se suelen utilizar para financiar proyectos en el sector inmobiliario así como de energías renovables y nuevas tecnologías. Esta fórmula también es habitual en el ámbito del crowdfunding y el crowdlending.

Objetivos

La razón de ser de una SPV es financiar una operación limitando el riesgo. De ese modo, si ese proyecto va mal, no tiene por qué afectar al resto de proyectos que desarrolla la empresa patrocinadora (la promotora del proyecto).

La sociedad de propósito especial cuenta con personalidad jurídica y sus propios activos y pasivos. Pero el balance de la SPV no forma parte del balance de la empresa que la pone en marcha.

Cada SPV funciona como un compartimento estanco. Para ello, se constituye una sociedad independiente, creada única y exclusivamente para un único proyecto. Los inversores obtienen los mismos beneficios que si invirtieran directamente en la empresa promotora, pero asumen únicamente el riesgo asociado al proyecto en el que invierten.

Las SPV permiten a las empresas desarrollar proyectos concretos o bien titulizar activos. También son utilizadas por organismos públicas para prestar algunos servicios o ejecutar una obra civil determinada.

Cómo invertir

Un ahorrador particular también puede tener acceso a este tipo de vehículos. De hecho, muchas plataformas de crowdfunding (por ejemplo, Urbanitae) canalizan la inversión en sus proyectos a través de SPV.

Los inversores entran como socios de manera proporcional al capital aportado. Y una vez finalizado el proyecto, se liquida la sociedad y se reparte el capital invertido junto con la rentabilidad generada.

En el ámbito del crowdlending el funcionamiento es similar. No obstante, los inversores no participan como socios de la SPV, sino mediante un contrato de préstamo con un plazo y una rentabilidad fijados de antemano. Una vez cumplido el plazo, el promotor debe devolver la inversión, con independencia del éxito que haya alcanzado el proyecto.

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