cómo batir la inflación asumiendo el menor riesgo posible

La inflación es el principal enemigo a batir para cualquier ahorrador. El aumento en el coste de la vida va mermando poco a poco nuestra capacidad adquisitiva. El dinero que hoy tenemos ahorrado nos permitirá comprar menos cosas el día de mañana.

La única forma de combatir este problema es hacer que nuestro dinero crezca. Y que lo haga, en la medida de lo posible, por encima de los que han aumentado los precios, incluyendo un plus extra para el pago de impuestos.

Sin embargo, para que nuestros ahorros den fruto no queda otro remedio que invertirlo y esto siempre supone un riesgo. Lo cual es un auténtico problema para muchos inversores que tienen auténtica fobia a las pérdidas. La buena noticia es que hay algunas inversiones que permiten obtener rentabilidades atractivas con un nivel de riesgo reducido (aunque no cero). Analizamos algunas de ellas.

Perspectivas para la inflación

Lo primero que tenemos que averiguar es cuál es el listón de rentabilidad que queremos que superen nuestras inversiones. En este sentido, te puedes plantear el objetivo de batir la inflación desde dos perspectivas: a corto y a largo plazo.

En el corto plazo, las estimaciones de los expertos apuntan a que el IPC cerrará este ejercicio con un incremento interanual cercano al 5%.

En el contexto actual no hay muchos productos que permitan obtener ese 5% con un riesgo bajo o muy reducido. Y los que sí podrían hacerlo, tienen un nivel de riesgo medio o incluso elevado.

Una opción es conformarse con neutralizar sólo una parte del incremento de los precios. De este modo, lo más probable es que pierdas poder adquisitivo en el corto plazo (si se cumplen las previsiones de los analistas), pero al menos no tanto como si hubieras dejado tu dinero parado.

Para ello dispones de productos de riesgo muy reducido (casi cero), como las Letras del Tesoro, los depósitos y cuentas remuneradas, y los fondos monetarios. Todos ellos te pueden ofrecen retornos de entre el 2% y el 3%.

Te reseñamos algunos fondos monetarios en la siguiente tabla:

No obstante, si tu inversión es a largo plazo (a partir de 3-5 años), lo ideal es que te marques como objetivo batir a la inflación en ese periodo. De esta forma, podrás invertir en activos más rentables, como la bolsa, que dan sus mejores frutos en periodos medios-largos. Esto quiere decir que quizá el primer año no consigas ganar más que el IPC e incluso puede que experimentes ligeras pérdidas. Pero en el largo plazo, la rentabilidad obtenida podrá superar con cierta holgura el crecimiento de los precios.

Objetivo: 5%

En el largo plazo es posible que el nivel de inflación se modere hasta niveles más próximos al 2%. O ese es al menos el objetivo del BCE. Si esto fuera así, podrías pensar que en ese caso te puedes permitir productos más conservadores como los que indicábamos más arriba. Ahora bien: ten en cuenta que si efectivamente la inflación se modera a esos niveles, lo más probable es que el BCE reduzca también los tipos de interés. Y en ese contexto, es probable que tanto las Letras, como las cuentas y los monetarios ofrezcan retornos más ajustados.

Para curarte en salud, y siempre que tus miras se sitúen en el medio plazo, puedes plantearte un objetivo de rentabilidad anualizada del 4%-5%. De este modo, lo más probable es que puedas batir la inflación e incluso obtener algo de rentabilidad extra, y todo ello con un nivel de riesgo moderado.

Una de las opciones para ello son los fondos de renta fija. Si tu perfil es conservador, es aconsejable que te decantes por aquellos tipos de deuda que presentan un perfil de riesgo más reducido, como la renta fija gubernamental o bien el segmento de investment grade (grado de inversión). Otra categoría que puede resultar interesante es la de los fondos de renta fija flexible, en la que el gestor escoge los segmentos más interesantes en cada momento en función de las circunstancias del mercado.

Estos son algunos de los productos con rating cinco estrellas en Morningstar en estas categorías:

También pueden resultarte interesantes los fondos de renta fija buy and hold. La mayoría de los fondos de renta fija se dedica a comprar y vender los bonos, por lo que buscan localizar aquellas emisiones que más se van a revalorizar en el mercado secundario (exactamente igual que hacen los fondos que invierten en acciones). Pero los fondos de renta fija buy and hold siguen una estrategia distinta. En su caso, seleccionan y compran una serie de títulos de deuda de alta calidad y sencillamente esperan a su vencimiento, mientras van cobrando el cupón año tras año.

Entre ellos figuran:

Lo bueno de esta categoría de producto es que busca quedarse al margen de la volatilidad del mercado (les da igual cómo evolucione la cotización del bono, mientras no haga default) y además ofrece cierta visibilidad sobre la rentabilidad objetivo. En el lado de los contras, son fondos que están pensados para no retirar el dinero antes del plazo objetivo (3 ó 4 años) e incluso suelen penalizar la salida antes de tiempo con comisiones de reembolso.

Más allá de la renta fija, se puede incrementar ligeramente el riesgo y con él las perspectivas de rentabilidad. Es el caso de los fondos mixtos, que incorporan renta fija y renta variable.

En este caso, la diversificación de la cartera resulta clave para maximizar las posibilidades de batir la inflación, manteniendo el nivel de riesgo bajo control. Es el caso, por ejemplo de la estrategia de Cartera Permanente, que partiendo de las teorías de Harry Browne, apuesta por un mix de activos (acciones, bonos a largo plazo, oro y liquidez ) que ha demostrado su capacidad para adaptarse a distintos entornos económicos, con un nivel de riesgo moderado.

Por ejemplo, el fondo MyInvestor Cartera Permanente (con ISIN ES0156572002), seguidor de esta estrategia, cuenta con un objetivo de rentabilidad anualizada del 4%-5% por encima de la inflación, y un objetivo de volatilidad inferior al 10%.

Finalmente, para los inversores que no teman adentrarse al 100% en el terreno bursátil puede resultar atractiva la inversión en compañías de alta rentabilidad por dividendo. Especialmente en aquellos casos en los que la remuneración al accionista sea superior a la inflación.

Aquí ten en cuenta que la clave radica en seleccionar empresas cuya política de retribución al accionista no sólo sea generosa, sino también estable (que no haya visos de que vaya a reducir o incluso suspender el pago del dividendo). Además, deben ser compañías con buenas perspectivas de revalorización, ya que si la cotización se desploma de poco sirve que el dividendo haya sido jugoso.

Una posibilidad es dejar esta tarea en manos de un gestor profesional. En otras palabras: invertir en fondos especializados en compañías de alta rentabilidad por dividendo. En este post te citamos algunos de los productos más destacados. Su rentabilidad por dividendo se ha situado, en términos históricos, entre el 3,5% y el 6%.