La retribución al accionista es uno de los grandes reclamos que puede ofrecer la bolsa. Y es que se puede plantar un árbol para que crezca y disfrutar de su sombra… pero si además ese árbol da fruto de forma regular, mejor que mejor.
Muchas compañías son conscientes de ello y destinan parte de su beneficio al pago de dividendos, lo que permite a los inversores recibir rentas periódicas. No obstante, esta no tiene por qué ser siempre la estrategia ganadora. Algunos ahorradores prefieren las empresas que reinvierten casi todo el beneficio para financiar nuevas vías de crecimiento, en la confianza de que ese tipo de valores son los que más que potencial de revalorización en bolsa presentan.
Por otro lado, aunque seas fan del dividendo, seleccionar las compañías más adecuadas no siempre es tarea fácil. ¿Basta con escoger aquellas que paguen el dividendo más alto? ¿Y si luego lo recortan o directamente lo suprimen? Por otro lado, la política de remuneración al accionista es un elemento importante, pero ¿qué sucede si la cotización de la compañía nunca llega a remontar el vuelo?
Una forma de apostar por esta estrategia es a través de fondos de inversión (incluyendo los ETF). Algunos de estos productos se centran precisamente en compañías con alta rentabilidad por dividendo. De ese modo, un gestor profesional se dedica a la selección de los valores más atractivos, teniendo en cuenta tanto la estabilidad y el crecimiento de los pagos, como el potencial de revalorización de las acciones. Acumulan los dividendos cobrados y cada cierto tiempo (una vez al trimestre o semestre, generalmente), los reparten a los partícipes del fondo.
Volviendo a la metáfora con la que arrancábamos el artículo, es como si contrataras un jardinero para que seleccionara y comprara para ti los mejores árboles frutales y te entregara periódicamente una cesta con la fruta de temporada… ¿Te animas? Te mostramos algunos productos que cuentan con esta filosofía de inversión.
Una última aclaración: algunos ofrecen la posibilidad de cobrar el dividendo o bien reinvertirlo en el propio fondo. Es decir: invertir a través de la clase de reparto o de la clase de acumulación. En el segundo caso, en lugar de repartir los dividendos, el gestor los reinvierte en el propio fondo. De ese modo, se potencia la eficiencia fiscal y las ventajas del interés compuesto.
JPMorgan Investment Funds – Global Dividend Fund (LU0714179727)
Es uno de los clásicos de la categoría de bolsa global de alto dividendo.
Este producto de JPMorgan tiene como objetivo proporcionar un crecimiento del capital a largo plazo invirtiendo principalmente en compañías de todo el mundo que generen unos ingresos altos y una creciente rentabilidad por dividendo.
Cuenta con la máxima calificación de Morningstar (cinco estrellas) y acumula una revalorización del 11% en términos anualizados en los últimos cinco años.
La rentabilidad por dividendo en términos históricos ha rondado el 3%.
Fidelity Funds – Global Dividend Fund (LU0731782404)
El fondo de la gestora estadounidense se centra en compañías de todo el mundo (incluyendo los países emergentes) que, a juicio del gestor, combinen tanto una atractiva rentabilidad por dividendo como potencial de incremento del precio. Para ello, tiene en cuenta los indicadores de crecimiento y valoración, los datos financieros de las empresas, el retorno sobre el capital, los flujos de efectivo y otros datos, así como sus equipos directivos, el sector o la situación de la economía, entre otros factores.
El producto se anota más de un 8% en los últimos cinco años en términos anualizados. Más de la mitad de la cartera presenta características de ESG favorables.
La rentabilidad por dividendo en los últimos cinco años se ha situado en el entorno del 6% al 7%.
DWS Top Dividende LD (DE0009848119)
Con 20 años de historia, el fondo de la gestora alemana es uno de los más longevos de la categoría.
El gestor se centra en la compra de acciones de todo el mundo, principalmente compañías de gran capitalización, que presenten una rentabilidad por dividendo mayor que la de la media del mercado.
En los últimos cinco años, acumula una revalorización en términos anualizados superior al 6%.
Desde el lanzamiento, en abril de 2003, la rentabilidad por dividendo de la cartera del fondo se ha mantenido entre el 4% y el 4,5%.
SPDR S&P Global Div Aristocrats UCITS ETF (IE00B9CQXS71)
Los amantes de la gestión pasiva también disponen de productos a su alcance para apostar por las compañías de alta rentabilidad por dividendo. En concreto State Street Global Advisors ofrece un ETF (fondo cotizado) vinculado a uno de los índices de referencia en este segmento el S&P Global Dividend Aristocrats.
Este índice mide la evolución de las compañías con los mayores rendimientos en dividendos dentro del S&P Global Broad Market Index (BMI), que han aumentado o mantenido dividendos estables durante al menos 10 años consecutivos.
Los dividendos en el fondo se distribuyen a los inversores de forma trimestral.
En los últimos tres años la rentabilidad por dividendo se ha situado entre el 3,5% y el 4%. De este modo, el producto ha acumulado una rentabilidad total (dividendos incluidos) del 30% en el periodo, lo que supone cerca del 10% en términos anualizados.
Baelo Dividendo Creciente (ES0137768000 / ES0137768018)
Terminamos la lista con el fondo más joven de la categoría. El Baelo Dividendo Creciente se lanzó hace apenas unas semanas, aunque viene de la mano de uno de los gestores estrella del panorama nacional, Antonio R. Rico (Baelo Patrimonio).
El fondo se centra en acciones de dividendo creciente de países con fiscalidad amigable con los fondos españoles, lo que que proporciona eficiencia impositiva al vehículo.
A la hora de filtrar las acciones, tiene en cuenta factores como el histórico, la estabilidad y el crecimiento de los dividendos y beneficios, yield relativo, pay-out y balance saneado. Finalmente apuesta por la optimización de la cartera y de la renta al partícipe en base a la calificación en los factores de calidad, seguridad y valoración del dividendo creciente.
Cuenta con una comisión de gestión más baja que la mayoría de fondos del mercado (0,89%), que irá en descenso al alcanzar ciertos hitos de capital gestionado.
Por otro lado, el gestor se compromete a una baja rotación de los activos. Además, el 50% de la cartera no presenta costes por cambio de divisa.
