Los depósitos, las cuentas corrientes y las remuneradas siguen destacando entre los productos favoritos de los españoles. De hecho, acaparan más del 40% de los ahorros de las familias españolas, según datos del Banco de España.
Sin embargo, el actual entorno de tipos de interés en el 0% impide a las entidades ofrecer rentabilidades atractivas o hacerlo al menos de forma sostenida en el tiempo. Los depósitos más jugosos rondan el 1% y algunas entidades imponen requisitos adicionales, como la domiciliación de la nómina.
En cuanto a las cuentas corrientes, muchos bancos aplican comisiones por apertura, mantenimiento o cancelación de la cuenta. E incluso algunos han empezado a cobrar a los clientes, en lugar de remunerarlos, sobre todo a aquellos que disponen de saldos elevados.
En este contexto, ¿existe alguna alternativa de inversión a los depósitos para los inversores conservadores? Os señalamos las categorías de fondos que mejor se podrían ajustar a este perfil.
1️⃣ Fondos de reparto: Si lo tuyo son los productos que ofrecen intereses de forma periódica como los depósitos, hay un tipo de fondos que deberías conocer: los fondos de rentas periódicas.
Antes de nada, te aclaramos que existen dos modalidades de fondos de inversión: los de acumulación y los de reparto. Los fondos de acumulación reinvierten los intereses o dividendos obtenidos en el propio fondo. Y los fondos de reparto, los distribuyen a los partícipes. La mayoría de los fondos son de acumulación, aunque hay algunos que ofrecen las dos modalidades de inversión.
Y también hay productos que no sólo se centran en la modalidad de reparto, sino que además tienen como prioridad generar rentas periódicas (de forma trimestral, semestral o anual) y distribuirlas a los partícipes de forma regular. ¿Cómo lo hacen? Depende del mercado o del tipo de activo en el que se centren. Si es un fondo de renta fija, optará por una cesta diversificada de bonos con cupones atractivos que probablemente mantendrá hasta el vencimiento (estrategia buy & hold). Y si es de renta variable, realizará una selección de compañías que conjuguen una alta rentabilidad por dividendo y, al mismo tiempo, una política de remuneración al accionista sostenible en el tiempo.
A diferencia de las cuentas remuneradas, estos fondos no garantizan la preservación del capital. Pero asumiendo un riesgo moderado (dependiendo del tipo de producto que escojas), podrás recibir rentas periódicas que oscilan entre el 1% y el 6%.
Como ocurre con el resto de los fondos, el inversor no tendrá que tributar por la revalorización de sus participaciones (a menos que reembolse). Pero ojo: porque los dividendos cobrados sí que tributan. Esa es la razón por la que la mayoría de los fondos opta por la modalidad de acumulación.
2️⃣ Fondos monetarios. En un entorno en el que muchas entidades bancarias han comenzado a cobrar por cuidar de tu efectivo, los fondos monetarios ganan más atractivo que nunca. Esta categoría de fondos es la más segura que existe y su propósito es actuar como un monedero para el inversor. El riesgo es muy bajo, ya que sólo invierten en deuda de muy alta calidad y a muy corto plazo (inferior a seis meses).
En contrapartida, los retornos son también muy reducidos. Por tanto, es importante elegir un fondo monetario que presente una ratio de gastos totales (TIR) lo más baja posible. Primero, porque la dificultad para gestionar estos productos es mínima. El gestor apenas aporta valor añadido, por lo que lo justo es que la comisión de gestión sea mínima. Y en segundo lugar, porque al tratarse de fondos con rentabilidades muy bajas, una comisión elevada podría consumir toda la rentabilidad del fondo e incluso provocar que entre en terreno negativo.
¿Cómo saber si la comisión es elevada o no? La media de los fondos de esta categoría cobra un 0,5%, sumando la comisión de gestión y la de depositaría. No obstante, varios fondos aplican comisiones mucho más competitivas, inferiores incluso al 0,2%.
3️⃣ Fondos de renta fija a corto plazo. Constituyen la categoría de menor riesgo, después de la de monetarios. En su caso, la duración media de los títulos de deuda que integran la cartera no supera los tres años. Por tanto, con un nivel de riesgo ligeramente superior, aunque todavía muy controlado, pueden ofrecer rentabilidades algo más elevadas.
Esta categoría cobra un especial atractivo en contextos de tipos actual al 0%, que ha llevado a muchos monetarios a ofrecer retornos muy modestos o incluso negativos. Así, la media de la categoría de monetarios ha obtenido una rentabilidad del 0,85% en los últimos 12 meses, mientras que la media de los fondos de renta fija a corto plazo ha obtenido un retorno del 2,6%, según datos del diario Expansión.
4️⃣ Fondos de retorno absoluto. El principal objetivo de un inversor en depósitos y cuentas remuneradas es proteger su capital y, al mismo tiempo, obtener la mayor rentabilidad posible. Este es precisamente el objetivo de la categoría de fondos de retorno absoluto. Como su propio nombre indica, la prioridad para estos fondos es obtener retornos positivos (es decir, no perder dinero), independientemente de las circunstancias del mercado.
Estos fondos no garantizan la preservación del capital, pero sí orientan su política de inversión para evitar, o al menos minimizar, las pérdidas, por lo que son adecuados para los ahorradores que quieran afrontar pocos riesgos.
Para ello, los gestores de este tipo de productos no se marcan como objetivo batir un índice (como hacen los fondos de renta variable o de renta fija al uso), sino que eligen en cada momento la combinación de activos que consideran más interesante para cumplir con su objetivo.
La cuestión es: ¿consiguen los fondos de retorno absoluto su meta? La mayoría parece que sí, al menos en los últimos 12 meses. La rentabilidad media de los fondos de la categoría fue del 8%, según Expansión. Sólo cinco de los 54 productos que la integran obtuvieron pérdidas, mientras que once de ellos ganaron más del 12%.