la regla del 4% para gozar de un retiro dorado

¿Quieres disfrutar de tus ahorros, pero no quieres llegar a gastártelos? Muchas personas se encuentran en esa situación cuando llegan a la edad de jubilación. Por un lado, necesitan romper la hucha para poder complementar la pensión y mantener su nivel adquisitivo. Pero por otro, sienten vértigo ante la posibilidad de que llegue un momento en el que el dinero se les acabe. En este sentido, la regla del 4% puede ser de gran ayuda. Y no sólo para las personas que estén preparando su jubilación. También supone un concepto interesante para todos aquellos que sencillamente buscan alcanzar la libertad financiera y vivir de las rentas sin necesidad de trabajar.

Definición

La regla del 4% fue acuñada inicialmente por el asesor financiero William Bengen (de ahí que también se la conozca como regla Bengen), y desarrollado posteriormente por los profesores Philip L. Cooley, Carl M. Hubbard y Daniel T. Walz, de la Trinity University estadounidense. Esta norma establece que si mantienes invertido tu dinero, puedes llegar a retirar el 4% anual durante 25 años sin llegar a tocar el capital principal.

Dicho de otro modo: si quieres asegurarte una jubilación sin sobresaltos, sólo tienes que ahorrar la cantidad de dinero suficiente para poder vivir exclusivamente de las rentas. De este modo, nunca llegarías a gastar el dinero que ahorraste inicialmente. Lo mantendrías invertido todo el tiempo y vivirías únicamente de los rendimientos que generase.

A este porcentaje del 4% se le denomina tasa segura de retiro (en inglés, safe withdrawal rate). Para calcularlo, los investigadores analizaron la evolución de cinco carteras de inversión con diferentes proporciones de renta fija y variable en el periodo comprendido entre 1925 y 1996. La conclusión a la que llegaron fue que, de media, se podía retirar hasta un 4,2% de la inversión anual (ajustado a la inflación), conservando el capital inicial durante periodos de hasta 25-30 años, sin importar el tipo de inversión que se hiciera.

En los últimos veinte años, ese estudio ha sido actualizado por diferentes analistas. Las conclusiones son muy similares, salvo para las cartera que invierten el 100% en bonos, en cuyo caso puede que los rendimientos generados no alcancen para cumplir con el objetivo del 4%.

Paso a paso

Para aplicar esta regla, el primer paso es acumular el patrimonio suficiente de cara a la jubilación. Una manera sencilla de calcularlo es multiplicar el dinero que ya tienes ahorrado por 0,04. O en otras palabras, calcular el 4% de esa cifra total. Por ejemplo, si tienes ahorrados 100.000 euros, en teoría podrías disfrutar de una renta de 4.000 euros anuales. Si requieres de una renta anual que cuadruplique esa cifra, tendrás que cuadruplicar también la cantidad ahorrada.

Por otro lado, no basta con ahorrar ese importe. Tu dinero tendrá que estar invertido en todo momento, de modo que puedas rescatar el 4% anual sin que a largo plazo se vea mermada la cantidad inicial.

Ten en cuenta que por el camino te encontrarás con turbulencias. Como sabes, los mercados pueden tener un comportamiento imprevisible, especialmente en el corto plazo. Ningún tipo de activo está libre de esa incertidumbre, ni siquiera los que tradicionalmente son más conservadores (con una volatilidad histórica inferior a la media), como ocurre con la renta fija.

Otra variable a considerar es la inflación. La regla ha sido calculada teniendo en cuenta la evolución de los precios a lo largo de la serie histórica. Pero es posible que cuando te jubiles la inflación crezca más rápido (o despacio), de lo observado históricamente.

En consecuencia, no puedes tomarte la cifra del 4% en sentido literal. Habrá años que tus ahorros generen esa cantidad en términos reales (descontada la inflación) y otros en los que consigas más… o menos. Pero de media, según la regla de Bergen, podrás reembolsar un porcentaje similar, siempre que tu dinero permanezca invertido en el largo plazo.

No obstante, al margen del jugo que seas capaz de sacarle a tus inversiones, esta regla resulta muy útil para que te hagas una idea del patrimonio que deberías acumular de cara a tu jubilación (o tu retiro voluntario). Y si esta cantidad todavía está alejada de tus posibilidades actuales, no te desanimes. Comienza a invertir cuanto antes tus ahorros y deja que el paso del tiempo, y las bondades del interés compuesto, remen a tu favor.

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