fondos ideales para amantes de las Letras (del tesoro)

Hasta hace menos de un año, encontrar inversiones de bajo riesgo y rentabilidad atractiva no era una tarea nada fácil. Pero las últimas subidas de los tipos de interés, actualmente en el 3% en la Eurozona, han abierto un nuevo panorama para los ahorradores. De este modo, las Letras del Tesoro, que hace un año daban intereses negativos, ahora ofrecen un 3% a un año. Y los inversores más conservadores se han lanzado en bloque a por ellas, formando colas kilométricas en la puerta del Banco de España (adquirirlas directamente allí permite ahorrar la comisión que cobran los bancos por comprarlas) y colapsando incluso la página web del organismo.

¿Tiene sentido este furor por las Letras? Lo cierto es que se trata de un activo particularmente seguro, ya que está respaldado por el Tesoro español. La única posibilidad de que el inversor no recupere el dinero (cupón incluido) es que el Estado entre en quiebra, algo muy improbable hoy por hoy. Además, cuenta con dos características que los ahorradores españoles valoran muy especialmente: protección del capital y rentabilidad garantizada.

Ahora bien: las Letras presentan pros y contras que merece la pena analizar. Sobre todo frente a otros productos, como los fondos de inversión.


Letras versus fondos de inversión

Uno de los principales puntos a favor de los fondos de inversión es que ofrecen liquidez diaria. Puedes comprar/vender las participaciones a diario.

Por su parte, las Letras del Tesoro también ofrecen liquidez. Si quieres recuperar tu dinero puedes hacerlo antes de que venza el plazo de la Letra, pero deberás recurrir a los mercados secundarios, que es donde cotizan las emisiones de renta fija, y venderlas al precio al que coticen en ese momento. Además, tendrás que tener en cuenta las comisiones que te cobrará el bróker por realizar esa operación.

Una clara ventaja de los fondos versus las Letras es la fiscalidad. Piensa que una vez venzan las Letras (o bien cuando las vendas en el mercado, si has optado por esa opción), tendrás que tributar por los rendimientos obtenidos, con la ineficiencia fiscal que eso supone. En cambio, si inviertes en un fondo de inversión no tendrás que pagar impuestos hasta que reembolses el dinero. Y mientras tanto podrás traspasar el capital de un fondo de inversión a otro, sin necesidad de tributar por el camino.

Finalmente, hay un tercer factor que debes considerar. Las Letras ofrecen un 3%… una rentabilidad muy jugosa ¿o quizá no tanto? Ten en cuenta que el principal enemigo a batir para cualquier inversor, por conservador que sea, es la inflación. Cualquier rentabilidad que sea inferior al aumento de los precios, supondrá pérdida de poder adquisitivo. Y la inflación interanual cerró el mes de enero en el 5,8%.

Es cierto que encontrar productos que ofrezcan esta rentabilidad a corto plazo y con riesgo reducido es muy complicado. Pero lo importante no es conseguir una rentabilidad superior al IPC en el corto plazo, sino hacerlo en el largo (siempre que el horizonte temporal de tu inversión te lo permita). Y en ese contexto, quizá te merezca la pena asumir algo más de riesgo, ya que con el paso de los años la tendencia en los mercados suele ser alcista. En este sentido, los fondos te ofrecen la posibilidad de asumir ese plus riesgo con el que intentar batir a la inflación en el medio plazo.


Alternativas a las Letras

El universo de fondos de inversión es muy amplio. ¿Cuáles son los más idóneos para ti como alternativa (o complemento) a las Letras? Seleccionamos algunas de las categorías que mejor podrían encajarte:

 

1️⃣ Fondos de reparto: Si lo tuyo son los productos que ofrecen intereses de forma regular, hay un tipo de fondos que deberías conocer: los fondos de rentas periódicas.

Antes de nada, te aclaramos que existen dos modalidades de fondos de inversión: los de acumulación y los de reparto. Los fondos de acumulación reinvierten los intereses o dividendos obtenidos en el propio fondo. Y los fondos de reparto, los distribuyen a los partícipes. La mayoría de los fondos son de acumulación, aunque hay algunos que ofrecen las dos modalidades de inversión.

Y también hay productos que no sólo se centran en la modalidad de reparto, sino que además tienen como prioridad generar rentas periódicas (de forma trimestral, semestral o anual) y distribuirlas a los partícipes de forma regular. ¿Cómo lo hacen? Depende del mercado o del tipo de activo en el que se centren. Si es un fondo de renta fija, optará por una cesta diversificada de bonos con cupones atractivos que probablemente mantendrá hasta el vencimiento (estrategia buy & hold). Y si es de renta variable, realizará una selección de compañías que conjuguen una alta rentabilidad por dividendo y, al mismo tiempo, una política de remuneración al accionista sostenible en el tiempo.

A diferencia de las Letras (o los depósitos y cuentas remuneradas), estos fondos no garantizan la preservación del capital. Pero asumiendo un riesgo moderado (dependiendo del tipo de producto que escojas), podrás recibir rentas periódicas en el entorno del 4%.

Como ocurre con el resto de los fondos, el inversor no tendrá que tributar por la revalorización de sus participaciones (a menos que reembolse). Pero ojo: porque los dividendos cobrados sí que tributan. Esa es la razón por la que la mayoría de los fondos opta por la modalidad de acumulación.

2️⃣ Fondos monetarios. Si lo que te apasiona de las Letras es el nivel de seguridad que ofrecen, lo tuyo son los fondos monetarios. Esta categoría es la más segura que existe y su propósito es actuar como un monedero para el inversor. El riesgo es muy bajo, ya que sólo invierten en deuda de muy alta calidad y a muy corto plazo (inferior a seis meses).

En contrapartida, los retornos son también más reducidos que los que ofrecen otras categorías. Por tanto, es importante elegir un fondo monetario que presente una ratio de gastos totales (TER) lo más baja posible. Primero, porque la dificultad para gestionar estos productos es mínima. El gestor apenas aporta valor añadido, por lo que lo justo es que la comisión de gestión sea mínima. Y en segundo lugar, porque al tratarse de fondos con rentabilidades muy bajas, una comisión elevada podría consumir toda la rentabilidad del fondo e incluso provocar que entre en terreno negativo.

¿Cómo saber si la comisión es elevada o no? La media de los fondos de esta categoría cobra un 0,5%, sumando la comisión de gestión y la de depositaría. No obstante, varios fondos aplican comisiones mucho más competitivas, inferiores incluso al 0,2%.

3️⃣ Fondos de renta fija a corto plazo. Constituyen la categoría de menor riesgo, después de la de monetarios. En su caso, la duración media de los títulos de deuda que integran la cartera no supera los tres años. Por tanto, con un nivel de riesgo ligeramente superior, aunque todavía muy controlado, pueden ofrecer rentabilidades algo más elevadas.

 

4️⃣ Fondos de retorno absoluto. El principal objetivo de un inversor en Letras del Tesoro (así como depósitos y cuentas remuneradas) es proteger su capital y, al mismo tiempo, obtener la mayor rentabilidad posible. Este es precisamente el objetivo de la categoría de fondos de retorno absoluto. Como su propio nombre indica, la prioridad para estos fondos es obtener retornos positivos (es decir, no perder dinero), independientemente de las circunstancias del mercado.
Estos fondos no garantizan la preservación del capital, pero sí orientan su política de inversión para evitar, o al menos minimizar, las pérdidas, por lo que son adecuados para los ahorradores que quieran afrontar pocos riesgos.

Para ello, los gestores de este tipo de productos no se marcan como objetivo batir un índice (como hacen los fondos de renta variable o de renta fija al uso), sino que eligen en cada momento la combinación de activos que consideran más interesante para cumplir con su objetivo.

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