tres proverbios típicos del inversor en bolsa (y su significado)

Si te interesa el mundo de la bolsa seguro que has oído algunas expresiones o proverbios que quizá no hayas entendido del todo. Te indicamos algunos de los más conocidos y te explicamos en qué se basan, aunque de ti depende decidir hasta qué punto te quieres dejar guiar por ellos. A una mala, siempre podrás dejarlos caer en un chat con otros inversores (o en la próxima cena de Nochebuena).


Sell in may and go away

Traducido al español: vende en mayo y márchate. Suele referirse a la conveniencia de salir de los mercados en los meses estivales, ya que a priori la volatilidad suele ser más elevada que durante el resto del año, e invertir de nuevo en octubre.

En esta creencia hay un poso de razón, ya que históricamente durante las vacaciones veraniegas se cruzan menos operaciones, lo que reduce el volumen de negociación bursátil e incrementa la volatilidad.

Dicho de otra manera, hay menos operadores comprando y vendiendo, lo que reduce la liquidez. Por tanto, si se produce alguna noticia, las oscilaciones en los precios de las acciones pueden ser más acusadas.

Por supuesto, esto no siempre es así, pero en líneas generales se puede apreciar una cierta tendencia si se analiza en términos históricos. De hecho, en las últimas dos décadas, agosto ha sido el mes en el que más se ha incrementado la volatilidad promedio, según datos de Bloomberg.

En consecuencia, algunos inversores prefieren reducir posiciones o bien gestionar ese aumento del riesgo incrementando la diversificación de la cartera.

No obstante, ten en cuenta dos cosas. La primera, que la volatilidad es una medida del riesgo, pero el riesgo no es algo necesariamente malo. Todo depende del objetivo de rentabilidad del inversor. A mayor rentabilidad deseada, más riesgo deberá asumir.

Por otro lado, si tus miras están puestas en el largo plazo (que es lo ideal), debes aprender a blindarte psicológicamente de los posibles sustos que te den tus inversiones en el corto. Recuerda que con el tiempo, la tendencia de la bolsa suele ser alcista y si intentas acertar con los momentos de entrada/salida para evitar caídas puntuales (market timing), corres el riesgo de equivocarte y que te salga el tiro por la culata.


Compra con el rumor, vende con la noticia

La cotización de una acción suele intentar reflejar a tiempo real cualquier elemento o factor que pueda incidir en la evolución de la compañía y que pueda ser determinante para su valoración. Por eso, los inversores suelen adelantarse a la información antes de que se publique y compran o venden las acciones en función de las expectativas de lo que puede suceder. Desde esa perspectiva, para cuando esa noticia se produzca, ya será tarde. De ahí, el dicho de “compra con el rumor y vende con la noticia”.

Esto se aprecia, por ejemplo, con las presentaciones de resultados. Los analistas suelen hacer estimaciones de los beneficios que puede obtener la empresa y la cotización se ajusta a las previsiones del consenso. Si finalmente la empresa sorprende positivamente y el beneficio es superior a lo esperado, las acciones tienden a subir. Y si la cifra es más baja de lo esperado, las acciones tienden a bajar.

Curiosamente, la empresa puede obtener unos resultados boyantes, que si el mercado descontaba unos todavía mejores, la cotización se resentirá. Por eso en ocasiones se da la paradoja de que una empresa anuncia resultados millonarios, con buenas cifras de crecimiento y aun así cae en bolsa. Y al revés: una compañía puede anunciar números rojos, pero si no son tan graves como se esperaba (la cotización recogía pérdidas aún peores), las acciones tenderán a subir.

Por tanto, es cierto que adelantarse a las noticias que pueden afectar a una compañía es clave para ganar dinero en bolsa. El problema es que, evidentemente, nadie tiene una bola de cristal y huelga decir que dejarse guiar por rumores no tiene por qué ser una garantía de éxito. Anticipar qué le va a suceder a una empresa es complicado. Si no lo fuera, el resto de los inversores lo haría a la vez que nosotros (o incluso antes). Para cuando quisiéramos comprar/vender, la cotización ya estaría reflejando hasta el último céntimo del impacto de la noticia que anticipamos.

El secreto por tanto radica en prever qué eventos pueden afectar a la cotización de una compañía antes de que el resto del mercado lo haga. Casi nada.


El último duro, que lo gane otro

O aplicado al siglo XXI, “el último euro que lo gane otro” (nota para Millennials tardíos y Generación Zeta: un duro es como se conoce a la moneda de cinco pesetas, equivalente a unos tres céntimos de euro).

Este dicho invita nada más y nada menos que a la recogida de beneficios. O, en otras palabras: aprovechar que las acciones han subido hasta un cierto nivel para hacer caja. Es cierto que en algunos casos aún podrían subir más. Pero lógicamente, también puede suceder lo contrario. Ante la duda, vender las acciones y disfrutar de los beneficios nos garantiza un final feliz para nuestra inversión.

En este sentido, invertir en bolsa es buscar el equilibrio entre la ambición y la prudencia. Compramos acciones porque confiamos en que se revaloricen, pero en un cierto momento tenemos que decidir si queremos agotar todo el potencial que pueden ofrecer o si consideramos que el riesgo no merece la pena y permitimos, como reza el dicho, que el último euro se lo lleve otro.

Una de las mejores maneras para gestionar esto de forma eficiente es fijarse un precio objetivo y ceñirse a él. Por ejemplo, puedes comprar una acción que vale 10, en la confianza de que la compañía se revalorizará hasta 15. Pero si efectivamente alcanza ese nivel y no se han producido nuevas noticias que te hagan pensar que en realidad la compañía vale más de 15, lo correcto es vender.

Para ceñirte a tu propio objetivo sin caer en la tentación siempre puedes poner una orden conocida como Take Profit (en inglés, recogida de beneficios). Consiste en una orden de venta que se activará automáticamente si la acción sube hasta alcanzar/superar un determinado precio.

Pero ¿qué sucede si la acción baja en lugar de subir? En previsión de esa posibilidad, muchos inversores suelen combinar el Take Profit con el Stop Loss. Se trata de una orden automática de venta que se activa en un determinado nivel de precio, inferior al actual. De este modo, si la acción cae, al menos podremos limitar las pérdidas.

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