La educación financiera es una de las asignaturas pendientes de los españoles. De hecho, el 36% reconoce no contar con las nociones básicas necesarias para gestionar su economía personal, según un estudio de Intrum. Y si nos comparamos con los países de nuestro entorno, el nivel de conocimientos se sitúa muy por debajo del promedio de la OCDE.
La cuestión es que adquirir este tipo de conocimientos es clave para muchas facetas de nuestra vida. Por ejemplo, facilita que adquiramos el hábito del ahorro. Algo muy necesario para alcanzar nuestros objetivos financieros y, por ende, para mejorar nuestra calidad de vida. En este sentido, existe una clara correlación entre la formación financiera de un país y el hábito de ahorro que sus ciudadanos desarrollan, según el Informe sobre la educación económico – financiera en las aulas españolas, elaborado por PwC. Así, países como Alemania, Países Bajos y Suecia tienen tasas de ahorro por encima del 5% mientras que Portugal, Grecia y España muestran valores negativos.
Y mejorar nuestros conocimientos no sólo nos predispone al ahorro. También nos ayuda a gestionar nuestro dinero de forma más eficiente e implica muchas otras ventajas: mejora nuestra preparación de cara al emprendimiento y la actividad empresarial, e incluso contribuye al bienestar social del país. No en vano los países que muestran mayores niveles de educación financiera destacan por un mejor comportamiento en las crisis económicas.
Ahora bien, ¿qué podemos hacer para mejorar nuestro nivel de conocimientos financieros? En buena medida es un reto que se encuentra en manos del Gobierno y las autoridades autonómicas. A este respecto, existen diversas propuestas, como éstas que plantean desde EFPA España. Pero en el plano individual, ¿qué es lo que puedes hacer por mejorar tus conocimientos? Te ofrecemos algunas pistas:
El mejor momento es ahora
Nunca es demasiado pronto para comenzar a adquirir las nociones más básicas. Piensa que desde el momento en el que obtienes tus primeros ingresos te ves en la necesidad de tomar tu primera decisión financiera: qué porcentaje dedicas al ahorro y cuál al gasto. Y en función de esa decisión, se te abrirá un árbol de posibilidades sobre los diferentes destinos que puedes darle a tu dinero.
No obstante, la educación financiera debería empezar mucho antes de que llegue ese momento. «Educar a nuestros hijos sin hablarles de dinero es como pedir a un carpintero que trabaje sin martillo. Es necesario enseñarles desde pequeños que el dinero se gana trabajando. Deben aprender a valorarlo, a ahorrarlo y a consumir de forma responsable», señalan desde el portal Finanzas para Todos, una iniciativa impulsada por la CNMV y el Banco de España.
Por otro lado, si te planteas que tus ingresos son demasiado reducidos para que tengas que preocuparte por estos temas, te equivocas. Conocer las bases de la economía familiar y las finanzas personales te ayudarán a optimizar el poco (o mucho) dinero que tengas y muy posiblemente te permitirá ser más eficiente con tus gastos.
Bye, bye comisiones
Sabemos que apretarse el cinturón no es fácil. Pero entre todos los gastos que debes analizar (y, en la medida de lo posible, recortar) figuran las comisiones que te cobran los bancos por los distintos servicios que te prestan. En este sentido, muchos clientes pagan comisiones de las que directamente no son conscientes, o bien carecen de criterio para juzgar si son abusivas. Por tanto, el primer paso es adquirir la cultura financiera suficiente para evaluar cuáles son estas comisiones, si nos parecen razonables o no, y en caso contrario, valorar otras alternativas.
En este link, el Portal del Cliente Bancario del Banco de España analiza las distintas comisiones que puede cobrar un banco y explica en qué consisten. Y en este otro link de la CNMV encontrarás toda la información relativa a las comisiones que aplican los productos financieros. También en este post de MyBlog analizamos las diferentes comisiones que cobra un fondo de inversión y cómo saber si son demasiado elevadas.
Formación sí, pero en tu idioma
Es posible que uno de los aspectos que más te echen para atrás sea el carácter técnico (y por qué no decirlo: árido) que muchos asocian al mundo de las finanzas. La buena noticia es que cada vez hay más iniciativas divulgativas que permiten adquirir estos conocimientos de forma fácil e incluso amena. Y no nos referimos sólo a este blog o a la Escuela MyInvestor. Iniciativas como Finanzas para todos incluyen información fácil y divulgativa sobre el mundo de las finanzas personales.
También tienes a tu disposición blogs y microinfluencers que te pueden ayudar en este sentido, como Carlos Barrera, Javier Linares, Carlos Galán, La Hormiga Capitalista o Invierte Racionalmente.
Lectura básica
Si eres de los que prefiere comenzar su formación de manera más reglada, tienes multitud de libros de divulgación financiera entre los que elegir. Algunos se orientan más a ayudarte a realizar tu planificación financiera, mientras que otros te abrirán las puertas del mundo de la inversión o te orientarán sobre las bondades de algunos estilos de gestión en concreto.
Si estás buscando algunas recomendaciones, no dejes de leer este post en el que algunos de los gestores estrella del panorama actual indican cuáles son las obras que recomiendan para aquellos inversores en ciernes que se adentran por primera vez en el mundo de los mercados.
Y ante la duda, pregunta
La buena voluntad no siempre es suficiente a la hora de aprender. Puede que entiendas la necesidad de mejorar tu cultura financiera y que hayas localizado algunas de tus fuentes de información favoritas, pero aun así te pueden surgir dudas sobre algunos conceptos. En este caso, ya sabes que tienes a tu disposición Hello MyInvestor, nuestro consultorio de educación financiera, en el que hacemos lo posible por aclarar cualquier duda teórica o conceptual que te pueda surgir ligada al mundo de la inversión.
También es posible que en el campo de la teoría tengas las cosas claras, pero a la hora de la verdad no entiendas algún aspecto relacionado con el fondo en el que inviertes o el producto que tienes contratado. De ser así, no dudes en contactar con el asesor financiero de tu sucursal bancaria o con el servicio de Atención al Cliente: tienes derecho a comprender a la perfección los productos en los que inviertes o al menos los riesgos que implican. Y si se trata de un fondo de inversión, a menudo los propios gestores de fondos habilitan canales específicos, ya sea una dirección de email o un perfil en redes sociales, para que los partícipes planteen sus dudas. No dudes en utilizarlos.