Redes sociales, blogs e influencers nos inundan todos los días con consejos sobre cómo invertir nuestro dinero. Pero ¿realmente es tan necesario? ¿No se supone que invertir implica un riesgo? Entonces ¿por qué deberías correrlo? Te ofrecemos tres razones por las que deberías invertir tus ahorros y poner tu dinero a trabajar.
Batir la inflación
Uno de los principales motivos por los que es necesario invertir es que el alza de los precios hace que, si no haces nada para remediarlo, tu dinero valga cada vez menos. Nos referimos al efecto de la inflación, que va erosionando poco a poco tu poder adquisitivo, haciendo que con el paso de los años la misma cantidad de dinero te permita comprar cada vez menos cosas.
Te ponemos un ejemplo. Imagina que has ahorrado 1.000 euros y que transcurren diez años. Si la inflación fuera del 5% anual (actualmente la última cifra interanual es del 10%, pero seamos optimistas y pensemos que se irá moderando en el futuro), al cabo de ese periodo tu dinero podría comprar cada vez menos cosas. Echando cuentas es como si tus 1.000 euros se hubieran quedado en 614, lo que supone una pérdida del 39%.
O veámoslo al revés. Ese jersey que tanto te gusta, y que hoy cuesta 40 euros, al cabo de diez años, con una inflación del 5% anual, costará 65 euros.
Por tanto, sólo con que quieras conservar tu poder adquisitivo, no basta con que ahorres el dinero. Además, es imprescindible que lo inviertas para que crezca. Al menos lo suficiente para batir a la inflación. Y no nos olvidemos de los impuestos.
Una jubilación sin sobresaltos
Puede que aún te queden muchos años hasta la jubilación, o quizá no tantos. Pero está claro que ese día llegará. Dejarás de trabajar y querrás disfrutar de esa etapa de la vida con el mejor nivel de vida posible o, al menos, similar actual.
La mala noticia es que si confías en que la pensión del Estado te proporcione el sustento suficiente es probable que te lleves un chasco. La delicada situación en la que se encuentra la hucha de las pensiones en España, unida al problema demográfico, ponen en cuestión la capacidad de las arcas públicas para poder mantener las pensiones en el futuro.
Ante esta tesitura, y salvo que tengas prevista alguna fuente de ingresos extra, no te queda otra que ahorrar dinero para ese momento y, en la medida de lo posible, invertirlo para que te cunda al máximo.
En este sentido, si crees que aún eres demasiado joven para preocuparte por esta cuestión, no te confíes. En realidad, lo más eficiente es empezar a preparar la jubilación cuanto antes. De ese modo, el esfuerzo que tendrás que realizar todos los meses será mucho menor que si empezases más tarde y tendrás más posibilidades de llegar a acumular un importe suficiente como para gozar de una jubilación sin sobresaltos.
Además, cuanto más tiempo inviertas tu dinero o, dicho de otro modo, cuanto mayor sea el plazo de tu inversión, más rápido crecerá. He ahí la magia del interés compuesto.
Financia tus sueños
Más allá del ahorro para la jubilación es posible que tengas otros objetivos que te gustaría alcanzar y que implican un desembolso económico: hacer un master, realizar un viaje, comprar un coche, pagar un curso en el extranjero a los niños, etcétera. Si es así, no dejes la planificación financiera para el último momento.
Si te organizas con tiempo, podrás ahorrar poco a poco y conseguir esa meta, casi sin darte cuenta. Analiza cuál es el horizonte temporal (es decir, la fecha en la que quieres retirar el dinero) y el importe que necesitas. Y recuerda que a medida que te vayas acercando a tu fecha objetivo, tendrás que ir reduciendo el riesgo de la inversión.
Puedes ahorrar para varias metas financieras distintas y en cada una de ellas seguir una estrategia diferente, en función del plazo del que dispongas. Lo importante es que escojas los productos adecuados y que te sientas cómodo con el nivel de riesgo que asumas en cada momento.
