cinco trucos para superar la cuesta de enero

Cenas con los amigos, regalos de Reyes, escapadas a la nieve… las Navidades están llenas de celebraciones que nos dejan tocado el bolsillo. De hecho, muchas personas se las ven y se las desean para llegar a fin de mes.

Sin embargo, si planificas un poco tu economía familiar no tienes por qué pasar por ese trance. Celebrar las fiestas navideñas como es debido y superar al mismo tiempo la temida cuesta de enero es posible si te organizas un poco.

Lo importante es que seas capaz de asumir los gastos del día y, al mismo tiempo, ahorrar una parte de tu salario mensual para seguir realizando tus aportaciones periódicas y cumplir con tus metas financieras. Te damos varias pistas para conseguirlo.

Controla los pequeños gastos

Puede resultar muy evidente, pero la mejor manera de ahorrar es… no gastar. La buena noticia es que muchos de los gastos que realizas son evitables, o al menos podrían reducirse, si los analizas más a fondo.

Entra en el extracto mensual de tu cuenta corriente y echa un ojo a los gastos que realizas en el día a día. ¿Realmente son necesarios? Por pequeños que te parezcan, sumados pueden constituir una cantidad importante. Una manera de ponerles coto es utilizar más a menudo el efectivo. El pago con tarjeta propicia que realices compras de manera inconsciente, mientras que el uso de billetes y monedas facilita el control del gasto.

También es recomendable que adjudiques un presupuesto fijo para el ocio semanal y procuras ceñirte a él. No es cuestión de que no salgas al cine o con tus amigos, pero sí de que lo hagas dentro de unos límites razonables.

Valora si puedes recortar en taxis o gasolina para el coche usando el transporte público. Desplazarte en bicicleta o andando, en la medida de lo posible, también es una gran alternativa que te permitirá ahorrar dinero y mejorar tu salud.

Llevarte un tupper al trabajo también es una buena forma de reducir costes y, al mismo tiempo, controlar mejor tu dieta. Algo que seguramente no te vendrá mal después de los excesos navideños.

¿Hacer deporte está entre tus propósitos de Año Nuevo? No siempre es necesario acudir a gimnasios caros. Actividades como el running o el senderismo son gratuitas y pueden ser muy satisfactorias.

Controla tus facturas

Valora las ofertas que proporcionan los distintos proveedores de luz, agua, teléfono, internet, seguros…  es posible que cambiando de compañía puedas recibir el mismo servicio pero con una tarifa más ajustada. O bien renegociar a la baja tu tarifa actual.

Esto se aplica también a tu hipoteca. ¿Estás con la entidad que te ofrece las mejores condiciones? ¿No merecería la pena cambiarte a otro banco? Recuerda que la Ley Hipotecaria permite subrogar tu hipoteca (es decir, trasladar el préstamo a otra entidad financiera) sin pagar ningún tipo de comisión.

Y a la hora de valorar los costes, no tengas en cuenta sólo el tipo de interés que pagas. Analiza también otros gastos que la hipoteca puede llevar aparejados. Algunas entidades condicionan el interés de la hipoteca a la contratación de determinados seguros o productos financieros, como planes de pensiones. Echando cuentas quizá te merezca la pena llevarte la hipoteca a otra entidad con un interés similar siempre que no te obligue a la contratación de ningún producto.

Más allá de la hipoteca, revisa las condiciones del banco con el que trabajas. Es posible que te esté aplicando comisiones de mantenimiento por la cuenta, así como por las transferencias, tarjetas, etcétera. Recuerda que hay entidades que no aplican comisiones en este sentido. E ídem con el bróker de valores, si eres un inversor en bolsa.

Cuidado con las rebajas

Las fiestas navideñas no son la única razón por la que la cuesta de enero es tan empinada. Las rebajas pueden constituir, paradójicamente, una fuente de gasto innecesario en el momento en el que tus finanzas están más maltrechas.

No se trata de huir de las ofertas, que en algunos casos pueden resultar muy interesantes, sino de actuar de forma racional y responsable. Para ello, nada mejor que hacer una lista previa con aquellas cosas que realmente necesitas y limitarte a ella. Por el contrario, no es buena idea salir a pasear de tienda en tienda y dejarse llevar por la compra impulsiva… acabarás comprando cosas que no te hacen falta. E incluso artículos que puede que nunca llegues a usar.

Ten en cuenta también el factor psicológico que suponen los descuentos. A menudo nos dejamos tentar por descuentos jugosos, sin atender al precio final del artículo. Recuerda que una verdadera ganga no es aquella que incorpora una rebaja del 20% o del 50%, sino aquella que encaja con lo que realmente necesitas, con un precio inferior al habitual y que se ajusta además a tu bolsillo.

Plan B: Solicita un préstamo

Si todas estas medidas son insuficientes o si te pillan demasiado tarde para llegar a fin de mes, siempre puedes valorar la posibilidad de solicitar un préstamo.

Algunas empresas permiten pedir un adelanto de nómina a tipo cero. Habla con el departamento de Recursos Humanos y consulta las condiciones.

Otra posibilidad es solicitar un préstamo al banco. En este sentido, es recomendable que recurras a una entidad bancaria (no todas las compañías que conceden préstamos lo son). De ese modo, te asegurarás de tener todas las garantías de seguridad, transparencia y protección al cliente que ofrecen las entidades bancarias debidamente reguladas y supervisadas por el Banco de España.

Por otro lado, es importante que compares las distintas ofertas que hay en el mercado. Valora no sólo el tipo de interés ofrecido, sino el plazo, el importe y las distintas comisiones que pueda llevar aparejado. Asegúrate que la cantidad final que tengas que pagar mes a mes sea sostenible. De nada sirve superar la cuesta de enero si a cambio te encuentras con una cuesta el resto de los meses del año.

Una opción que puede interesarte es la de solicitar un préstamo pignorando los fondos de inversión que tengas en el banco. De ese modo, puedes poner estos productos financieros como garantía y obtener unas condiciones más ventajosas para el préstamo.

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